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Sostenida preservación de biodiversidad en Pinar del Río

ELENA MILIÁN SALABERRI

El 22 por ciento de la superficie geográfica de Pinar del Río, provincia llamada Jardín de Cuba, forma parte del Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP), por su significación ecológica e histórico-cultural.

Ello establece en esas extensiones- distinguidas en diversas categorías según sus valores- un manejo eficaz, protección y mantenimiento de los recursos naturales y sociales comprobados, a fin de lograr objetivos específicos de conservación y uso sostenible.

Rebasan la cifra de 30 las zonas pinareñas con ese crédito, entre ellas Mil Cumbres, Punta Cortés, Punta Caribe, Cayos de San Felipe, Cerro de Cabra, La Guira, Viñales, Paisaje Cultural de la Humanidad y las Reservas de la Biosfera, Península de Guanahacabibes y la Sierra del Rosario.

Entre las especies localizadas en algunos de esos predios sobresalen por su carácter endémico local la Capromis Sanfelipensis, pequeña jutía, de la cual existen escasos ejemplares en el planeta; el ave Tomeguín del Pinar y el Oleasina Oleasina Incisa, diminuto caracol carnívoro único en el mundo.

El Sistema Nacional propuesto para Cuba comprende Áreas Protegidas de Significación Nacional, de Significación Local y Regiones Especiales de Desarrollo Sostenible.

Los objetivos de esas zonas son asegurar la continuidad de los procesos evolutivos, preservar la diversidad biológica in situ, ajustar las producciones a formas sostenibles, conservar los lugares históricos-culturales ligados la naturaleza y servir de marco lógico para las investigaciones.

De ese modo se salvaguarda el 95 por ciento de la flora del país, la totalidad de las aves endémicas, nativas y migratorias, y 321 especies de vertebrados propios del archipiélago, sin contar los acuáticos y la avifauna. (AIN)

 

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