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Encendidas críticas suscita hoy el reciente informe de Estados
Unidos sobre derechos humanos, en el cual se afirma que en México
existe impunidad y corrupción en todos los niveles del Gobierno.
Al respecto, diputados de los partidos de la Revolución
Institucional (PRI) y de la Revolución Democrática (PRD), las
principales fuerzas políticas de la oposición, subrayaron que el
vecino país sólo alcanza a ver la paja en el ojo ajeno y así
disimula sus propios problemas.
En ese sentido, el legislador del PRD Juan Guerra lamentó que
desde el exterior se cuestione los altos índices de corrupción
existentes en México, pero peor aún es que las críticas provengan de
Estados Unidos, nación que se ha beneficiado precisamente por ese
problema.
Ejemplificó que las aduanas de la frontera norte, además de
facilitar la entrada de armas que sustentan al crimen organizado,
toleran el tráfico de personas y de drogas.
El miembro del PRI Samuel Aguilar subrayó que del plan Mérida, ni
una parte de sus recursos, que supuestamente servirán para combatir
el narcotráfico, ha llegado a México.
Desde otra óptica, el secretario general del partido
Convergencia, Pedro Jiménez, aseguró que penosamente el diagnóstico
del Departamento de Estado de la vecina nación coincide con la
realidad mexicana.
Sólo que, agregó, ya esos señalamientos han sido denunciados
desde hace mucho tiempo por los partidos y organizaciones opositoras
del país.
Mientras, el vicepresidente del Partido Social Demócrata, Luciano
Pascoe, celebró que desde el exterior se reconozca la situación de
corrupción aquí.
No obstante, remarcó que si México no ha hecho suficiente para
combatir a los carteles de la droga, Estados Unidos tampoco ha hecho
su parte, pues permite que se continúe y se incremente el tráfico de
armas trasnfronterizo y el consumo de estupefacientes.