Muy
cerca ya del inicio del II Clásico Mundial de Béisbol —para Cuba el
próximo 8 de marzo frente al elenco de Sudáfrica— se plantea una
interrogante en todas las esquinas de nuestro país. ¿Quién jugará la
tercera base, Michel Enríquez o Yulieski Gourriel?
Es una decisión bien difícil, si se tiene en cuenta de quiénes
hablamos. Michel ha sido ocupante por más de un lustro de esa
posición, varias veces capitán de la selección nacional y hombre a
quien le han confiado la tarea de traer la carrera de la victoria en
diversas ocasiones, como en la semifinal olímpica de Beijing’08
contra los Estados Unidos.
Yulieski
no se queda atrás, exhibe excelentes guarismos en los años que lleva
en el equipo de las cuatro letras, ha jugado la segunda sin ser su
posición preferida y ha tenido la enorme responsabilidad de cargar
el tercer madero en las últimas temporadas.
Por lo que observamos en los desafíos preparatorios en el
Latinoamericano, el espirituano estuvo desbordado a la ofensiva, no
así el isleño, quien se vio desajustado al bate y fuera de
concentración, aunque todavía le restan los choques de preparación
en Puebla, México. En la defensa, ambos estuvieron bien.
Debe tenerse mucho cuidado a la hora de elegir quién va a jugar
en la esquina caliente, a nuestro entender, ninguno de los dos debe
ser suplente, al menos en el partido inicial. Es preciso buscar una
variante ante esta disyuntiva, pudiera utilizarse a uno en el tercer
cojín, y al otro como designado, así ya se hizo una vez en la Copa
del Mundo’05, en Holanda.
Claro, si alguno de ellos no respondiera, no debe mantenerse de
regular. La dirección ha de tener presente lo sucedido en los
pasados Juegos Olímpicos, cuando retuvieron en la alineación a
peloteros que no rindieron durante la competencia.