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Un patrimonio arqueológico imprescindible para conocer la antigua
Mesopotamia volvió hoy a la luz con la reapertura del Museo Nacional
de Iraq, instalación que fue saqueada a raíz de la invasión militar
norteamericana, en 2003.
En medio de rigurosas medidas de seguridad, el recinto situado en
Bagdad quedó abierto casi seis años después de cerrar debido a la
situación creada por la agresión de Estados Unidos, que propició el
robo de unas 15 mil piezas valiosas.
Según sus directivos, sus galerías contienen significativas obras
de arte, algunas únicas de su tipo, que recogen más de cinco mil
años de historia de Mesopotamia, cuna de las civilizaciones sumeria,
acadia, babilónica y asiria.
A esas culturas se les reconoce la invención de la escritura, la
ley escrita y las primeras ciudades-estados, además de aportar
textos islámicos singulares.
El ministro iraquí de Turismo y Antigüedades, Qahtan Abbas,
aseguró que el museo ha recuperado más de seis mil piezas que habían
sido robadas, gracias a que Siria devolvió 701, Jordania dos mil 466
y Estados Unidos mil 46.
También países como Perú, Italia, Egipto y Suecia entregaron
otras obras de arte, artefactos y estelas, recipientes de oro,
máscaras rituales, tocados reales, joyas y otras.
Las autoridades culturales iraquíes recordaron que el museo fue
establecido inicialmente en 1923 en el edificio al-Qashla, pero
luego pasó a su ubicación actual en el lado al-Karkh de la capital
en un inmueble construido en 1963 por una compañía libanesa.
Tras la inauguración oficial, el 19 de noviembre de 1966, recibió
visitas de turistas y estudiosos, y tuvo como muestra más atractiva
las riquezas arqueológicas de Mesopotamia, con una colección
valorada entre las más importantes del planeta en su
especialización.