Binyam, de 30 años de edad, fue apresado en Paquistán en 2002, trasladado en secreto a Marruecos y luego a Afganistán, antes de ser recluido en Guantánamo en 2004.

Las imágenes transmitidas por la televisión a su llegada a esta capital mostraron a un hombre delgado, lo cual puede confirmar los reportes sobre un severo deterioro de su salud.

En declaraciones realizadas a través de sus representantes legales, Binyan acusó a las autoridades de Gran Bretaña de ser cómplices en las torturas a que fue sometido durante su cautiverio.

Muchos han sido los cómplices en los horrores sufridos durante los últimos siete años, señala el texto dado a conocer aquí, en el cual se denuncia la colaboración de los órganos británicos de inteligencia con los torturadores del etiope.

Me reuní con la inteligencia británica en Paquistán y me abrí con ellos, pero la misma gente que yo creía que venía en mi rescate luego comprendí que eran aliados de mis verdugos, agrega el mensaje.

Asegura que fue secuestrado y acarreado de un país a otro y torturado con métodos medievales, todo orquestado por el gobierno de Estados Unidos.

Binyam puntualiza que se siente obligado para con quienes todavía permanecen en aquellas cámaras de tortura y proclamó su deber de asegurar que nadie será olvidado.

No reclamo venganza, sino solo que la verdad sea conocida para que nadie en el futuro tenga que soportar lo mismo que yo, concluye el documento presentado en nombre de Binyan.