Naciones Unidas, 23 feb (PL) La importancia del desarrollo
industrial sostenible para el avance de los países más pobres del
mundo fue reiterado hoy en un informe de la ONU divulgado en esta
sede.
El documento de la Organización de Naciones Unidas para el
Desarrollo Industrial (ONUDI), preparado por un grupo encabezado por
el profesor británico Paul Collier, fue presentado en Londres y
circulado aquí.
El Informe sobre Desarrollo Industrial en 2009 aborda las
oportunidades y dificultades que enfrentan dos grupos de países, los
que cuentan con los miles de millones que intentan llegar al mercado
internacional con sus productos, y los de mediano ingreso.
Esas últimas naciones, precisa, están tratando de alcanzar una
producción más sofisticada que les permita avanzar en el camino del
mercado.
El director general de la ONUDI, Kandeh Yumkella, dijo que el
documento representa un gran avance conceptual acerca de cómo
enfrentar la pobreza global a través de un desarrollo industrial
sostenible.
El funcionario de Sierra Leona señaló que el reporte propone una
nueva categoría que podría utilizar la Organización Mundial del
Comercio a la hora de conceder preferencias comerciales a los
productores exportadores de los países de bajos ingresos.
El informe de ONUDI identifica un grupo de políticas que
respaldarían los esfuerzos de grupos que luchan para salir de la
pobreza y alcanzar el crecimiento económico y el desarrollo
sostenible a través de una industrialización que cree valores.
Recomienda asistir a los Estados más atrasados a escoger las
mercancías adecuadas para el mercado mundial y respaldarlos en sus
esfuerzos a una mejor calidad y estándares superiores de seguridad
en la producción.
ONUDI presenta 10 casos estudiados en locaciones de dinámica
industrial en países subdesarrollados que demuestran que las
políticas adecuadas han incidido en el desarrollo económico de esas
naciones.
Uno de los ejemplos es la ciudad china de Qiaotou, que se
especializó en la fabricación de botones y actualmente concentra el
65 por ciento de los que se producen en el mundo.
A juicio del organismo de la ONU, este caso demuestra que los
países pobres no deben descansar en la exportación de mercancías
primarias para alcanzar su desarrollo, cuyos precios están sujetos a
la volatilidad del mercado.