Casi 5 000 niños en Pennsylvania fueron hallados culpables, y 2
000 de ellos fueron encarcelados por dos jueces corruptos que
recibieron sobornos de empresas constructoras y propietarias de
cárceles privadas que se beneficiaron de los encarcelamientos. Ambos
jueces se declararon culpables, en un sorprendente caso de avaricia
y corrupción que apenas comienza a revelarse.
Los jueces Mark A. Ciavarella Jr. y Michael T. Conahan recibieron
2,6 millones de dólares en sobornos por enviar a prisión a niños
que, en la mayoría de los casos, no tenían acceso a un abogado. El
caso ofrece una mirada extraordinaria a la vergonzosa industria de
las cárceles privadas, que está floreciendo en Estados Unidos.
Vean por ejemplo la historia de Jamie Quinn. Cuando tenía 14 años
de edad, estuvo presa durante casi un año. Jamie, quien ahora tiene
18, describió el incidente que causó su encarcelamiento:
"Me puse a discutir con una de mis amigas. Y todo lo que sucedió
fue una simple pelea. Ella me dio una bofetada y yo se la devolví.
No hubo marcas, ni testigos, nada. Fue solo su palabra contra la
mía."
Jamie fue llevada a una de las dos cárceles polémicas, PA Child
Care, y luego la pasearon por otros centros carcelarios. Estar en
prisión durante 11 meses tuvo un impacto devastador en ella. Me
dijo: "La gente me miraba diferente cuando salí, pensaban que era
una mala persona, porque había estado en prisión por tanto tiempo.
Mi familia comenzó a separarse... porque estaba fuera de casa y me
encerraron, y estaba, pensé, ya sabes, que estaba siendo castigada
por lo que había hecho, y creo que no debería haber sido así. Aún
tengo dificultades en el colegio, porque el sistema escolar en este
tipo de centros de detención es espantoso".
Comenzó a hacerse cortes, y dijo que eran resultado de la
medicación que le obligaban a tomar: "Nunca estuve deprimida, nunca
antes me habían dado medicación. Fui allí y comenzaron a darme
medicación y ni siquiera sabía lo que era. Dijeron que si no la
tomaba, no estaba siguiendo mi programa". Fue hospitalizada tres
veces.
Jamie Quinn es tan solo una de los miles de niños y niñas que
fueron encerrados por los dos jueces corruptos. El Centro de Derecho
de Menores (Juvenile Law Center) con sede en Filadelfia, se
involucró en el caso cuando Hillary Transue fue enviada a prisión
por tres meses por crear un sitio web que parodiaba al subdirector
de su escuela. Hillary claramente indicó que la página era una
broma. Aparentemente, el subdirector no lo halló divertido y Hillary
tuvo que enfrentarse al juez Ciavarella, conocido por su severidad.
Como me dijo Bob Schwartz, del Centro de Derecho de Menores: "Hillary,
sin saberlo, había firmado un documento, y su madre también había
firmado un documento, renunciando a su derecho a un abogado. Esto
provocó que la audiencia de 90 segundos que tuvo ante el juez
Ciavarella fuera una farsa". El Centro de Derecho de Menores (JLC,
por sus siglas en inglés), descubrió que en la mitad de los casos de
menores en el condado de Luzerne, los acusados habían renunciado a
su derecho a un abogado. El juez Ciavarella desconoció, en
reiteradas ocasiones, las recomendaciones de indulgencia tanto de
los fiscales como de los oficiales de libertad condicional. La Corte
Suprema de Pennsylvania oyó el caso de JLC y el FBI comenzó una
investigación, que terminó la semana pasada con la firma de ambos
jueces, de acuerdo para declararse culpables de evasión fiscal y
fraude electrónico.
Está previsto que cumplan una condena de siete años en una cárcel
federal. Se presentaron dos demandas colectivas independientes en
representación de los niños y niñas encarcelados.
El escándalo involucra a tan solo un condado de Estados Unidos y
a una cárcel privada relativamente pequeña. Según The Sentencing
Project, "Estados Unidos es el líder mundial en encarcelamientos,
actualmente hay 2,1 millones de personas en las prisiones o cárceles
del país, lo que representa un aumento del 500% en los últimos
treinta años". El Wall Street Journal informa que "las empresas que
gestionan cárceles privadas se están preparando para una ola de
nuevos negocios, ya que la recesión económica dificulta cada vez más
que los funcionarios del gobierno, tanto a nivel federal como
estatal, construyan y administren sus propias cárceles". Las
empresas que gestionan cárceles con fines de lucro como Corrections
Corporation of America y GEO Group (anteriormente conocida como
Wackenhut) están posicionadas para obtener más ganancias. Aún no
está claro qué impacto tendrá la ley de estímulo que se acaba de
aprobar en la industria de las cárceles privadas (por ejemplo, la
ley dispone 800 millones de dólares para la construcción de
cárceles, pero recortó millones de dólares para la construcción de
escuelas).
El Congreso aún está evaluando proyectos de ley para mejorar las
políticas de la justicia de menores. La legislación propuesta, según
la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles, está "construida
en base a pruebas claras de que los programas comunitarios pueden
ser mucho más exitosos en la prevención de la delincuencia juvenil
que las ya desacreditadas políticas de encarcelamiento excesivo".
Nuestros niños necesitan educación y oportunidades, no
encarcelamiento. Dejemos que los niños del condado de Luzerne, que
fueron encarcelados por jueces corruptos para obtener ganancias, nos
den una lección. Como dijo la joven Jamie Quinn sobre (el juez
corrupto y) los 11 meses que estuvo en prisión: "Me hace cuestionar
realmente a otras figuras del poder y a la gente a quien,
supuestamente, deberíamos admirar y en quienes deberíamos confiar".
(Tomado de Democracy Now)