Yo también soy Roberto Bakongo

PEDRO DE LA HOZ
pedro.hg@granma.cip.cu

Nunca podrá olvidar la noche peruana en que un amigo, después de hablar sobre lo humano y lo divino entre sorbos de un pisco abrasador, le hizo escuchar en una casetera el poema El apellido, en la voz de su autor.

Carátula del disco con la voz de Guillén editado por la Smithsonian Institution en 1982, con palabras de presentación de Roberto Márquez.

"Ese día me dije: este Nicolás Guillén tiene que ser nuestro". Roberto Márquez era entonces un joven profesor que orientaba su vocación social en las comunidades latinas y afronorteamericanas de Nueva York. Compró de inmediato la obra de Guillén disponible en una librería peruana y tradujo algunos versos para mostrarlos al alumnado durante un curso de verano.

"En el fondo del aula se sentaba un estudiante que no se motivaba con nada. Era el mutismo hecho persona. Cuando leí los versos finales de Madrigal, ‘signo de selva el tuyo / con tus collares rojos / tus brazaletes de oro curvo / y ese caimán oscuro / nadando en el Zambeze de tus ojos’, el muchacho se levantó como un resorte y exclamó: ‘¡Ñooooo, ahora sí!’ Fue ese el empujón definitivo para entregarme a la traducción y el estudio de Guillén."

Con una jerarquía intelectual que lo sitúa, como subrayó la profesora Denia García Ronda, en el mismo núcleo de la comunidad internacional dedicada a investigar y promover la obra del gran poeta cubano, Márquez aceptó conmovido el lunes por la noche la condición de Miembro de Honor de la Fundación Nicolás Guillén.

Entre colegas de esa misma hermandad —Nancy Morejón y Roberto Fernández Retamar—, el ensayista y crítico de origen puertorriqueño, invitado al jurado del Premio Casa 2009 para dirimir el lauro especial de Estudios sobre Latinos en Estados Unidos, recibió de manos de Nicolás Hernández Guillén el pergamino acreditativo y un hermoso grabado del artista cubano Eduardo Roca (Choco).

Márquez ha sido devoto al autor de Motivos de son, a quien calificó "junto con Pablo Neruda, César Vallejo y Federico García Lorca, como lo mejor de la poesía hispánica y a la vez líder indiscutido de una corriente muy importante en las letras latinoamericanas" en sus notas de presentación del disco Nicolás Guillén: poet laureate of revolutionary Cuba (sello Folkways, Smithsonian Institution, 1982).

Hitos significativos en ese camino fueron sus traducciones para Patria o Muerte: The Great Zoo and other poems, Man-Making Words: selected poems (en colaboración con David McMurray); y My last name. Guillén también emerge como puntal en las reflexiones de su más reciente libro, Un mundo entre islas: ensayos, reseñas y comentarios sobre literatura, raza e identidad nacional en la América antillana.

A Márquez se le hizo difícil agradecer el gesto de la Fundación. "No lo esperaba, es la confirmación de un compromiso", expresó con la voz entrecortada. Es muy probable que en ese momento haya escuchado al poeta de El apellido en sus recuerdos: "¿Seré Yelofe? / ¿Nicolás Yelofe acaso? / ¿O Nicolás Bakongo? / ¿Tal vez Guillén Banguila? / ¿O Kumbá? / ¿Quizá Guillén Kumbá? / ¿O Kongué? / ¿Pudiera ser Guillén Kongué? / ¡Oh, quién lo sabe! / ¡Qué enigma entre las aguas!" Y ante tales preguntas haya respondido: "Yo también soy Roberto Bakongo y Márquez Kongué, a mucha honra".

 

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