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La nueva Constitución aprobada por la mayoría de los bolivianos
desmonta los abusos y exclusiones que caracterizaron durante siglos
la vida de este país, aseguró hoy el vicepresidente Álvaro García.
De acuerdo con el dirigente, la carta magna es una fuerte señal
para consolidar el proceso de cambios emprendido en 2006 por el
Movimiento al Socialismo.
Ahora la refundación es respaldada por un texto constitucional,
el cual estará vigente por lo menos 20 años, advirtió García en una
improvisada conferencia de prensa, luego de concluir la
oficialización por la Corte Nacional Electoral de los resultados del
referendo.
Entre otras virtudes del documento, el vicemandatario resaltó la
imprescriptibilidad de los delitos cometidos contra el Estado.
Ningún corrupto podrá esconderse en el tiempo, perjuicios
infligidos hace décadas estarán sometidos a investigaciones por las
autoridades pertinentes, encomió.
Según el también presidente del Congreso, por todas esas
cuestiones mañana será un día de fiesta, cuando en la paceña urbe de
El Alto el jefe de Estado, Evo Morales, promulgue ante una
multitudinaria concurrencia la nueva Constitución.
Mientras Bolivia celebra, los opositores no acaban de digerir su
derrota en las urnas, comentó a periodistas nacionales y extranjeros
acreditados aquí.
Respecto a críticas y supuestos defectos atribuidos a la
Constitución, García minimizó su magnitud e impacto.
Ninguna obra humana es perfecta, nadie puede escandalizarse por
eso, lo importante es su desarrollo y aplicación, expuso.
De acuerdo con el vicepresidente, existen tres mecanismos para
poner en vigencia la Ley Suprema, el Congreso plurinacional a
instaurarse en 2010, el actual legislativo y la aplicación directa
de los derechos plasmados en el texto.
Este fue apoyado por más de dos millones de bolivianos, el 61,4
por ciento de los votos válidos en el referendo del 25 de enero.