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El presidente Álvaro Uribe matizó levemente su idea para un posible
diálogo con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC)
al pedir que los guerrilleros liberados sean gestores de paz.
Desde la ciudad de Medellín, el mandatario dijo anoche que si
liberar a guerrilleros de las cárceles es un aporte al intercambio
humanitario, el Gobierno está dispuesto a hacerlo, bajo la idea de
que sean gestores de paz y no a reasumir acciones armadas.
Anteriormente había puesto como condición para dar ese paso, que
los insurgentes abandonaran las armas.
Analistas consideran que ese leve cambio obedece a las críticas
hechas al mandatario sobre el tema del acuerdo humanitario por los
políticos Alan Jara y Sigifredo López, recién liberados por las
FARC.
López fue directo a ese punto al señalar que la idea del
presidente de que los guerrilleros no vuelvan a la selva es
desnaturalizar la esencia de lo que representa un intercambio de
prisioneros.
Pero Uribe insistió en que no es conveniente para el país que en
un acuerdo humanitario, salgan guerrilleros de la cárcel y se
incorporen nuevamente a la lucha.
Añadió que el Gobierno está dispuesto a buscar los mecanismos
jurídicos para que salgan de la cárcel y tiene la voluntad política.
Dijo además que su política de Seguridad Democrática no es un fin
en sí mismo sino un camino hacia la paz y la cohesión social, y
señaló que están dadas las condiciones para avanzar en esa
dirección, si los integrantes de las FARC así lo quieren.
En sus intervenciones públicas recién liberados de su cautiverio,
Jara primero y López después, clamaron por la realización de un
acuerdo humanitario entre la guerrilla y el gobierno para lograr la
liberación de otros retenidos y avanzar hacia la paz en Colombia.