El encuentro, organizado por el Gobierno italiano, actual
presidente de turno del G-8, contó con la presencia de unos 21
titulares de Exteriores de todos los continentes y concluyó en esta
capital con la exigencia del consenso "más amplio posible" y de una
mayor representatividad en el Consejo de Seguridad de todos los
Estados que forman parte de la Asamblea General de la ONU.
El "Consejo de Seguridad debe representar a todos los países de
la Asamblea General y a todas las regiones del mundo", dijo el
ministro de Asuntos Exteriores de Italia, Franco Frattini, durante
la lectura de las conclusiones de la cita.
Los países convocados en Roma acordaron proponer la entrada de
organizaciones regionales como la Unión Africana o la Liga Árabe en
el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Durante la reunión se
habló, incluso, de la posibilidad de organizar próximamente un
encuentro entre representantes de estas y otras organizaciones
regionales exclusivamente dedicado a su participación en la ONU.