GINEBRA,
5 de febrero.— Reconocimientos a sus éxitos en educación, salud,
solidaridad internacional y defensa de su soberanía, descollaron hoy
en las intervenciones de diversos países sobre el informe de Cuba
ante el Consejo de Derechos Humanos (CDH).
Se trató del ejercicio de Examen Periódico Universal (EPU) en el
grupo de trabajo de este órgano de la ONU, que ya examinó desde su
instauración a 54 naciones.
La introducción del texto estuvo a cargo de la ministra cubana de
Justicia, María Esther Reus, quien explicó que para su elaboración
se hizo un amplio proceso de consultas con la sociedad civil y más
de 200 Organizaciones No Gubernamentales (ONG).
Subrayó que su país concede gran importancia al EPU y destacó que
la principal cualidad del sistema político cubano es su capacidad
para el constante perfeccionamiento en función de las necesidades
planteadas.
Es un proyecto genuinamente autóctono, fundado en una rica
historia de lucha por la igualdad y la solidaridad entre los hombres
y las mujeres, la independencia, la soberanía, la no discriminación
y la justicia social, puntualizó.
La titular terminó su exposición remarcando el apego de la Isla a
los principios de objetividad, imparcialidad y no selectividad que
deben caracterizar la cooperación internacional en materia de
derechos humanos, siempre abierta al diálogo.
Luego se dio paso a los delegados. Se inscribieron más de un
centenar de países para emitir sus criterios, pero por razones de
tiempo 60 pudieron hacerlo, 51 de los cuales se manifestaron de
forma constructiva y la mayoría con signos de admiración. Los otros
nueve como siempre repitieron el mismo discurso dictado por el
imperio al que sirven de aliados.
Una nota que rompió con el estilo de diplomacia acartonada del
EPU fue la intervención del embajador de Sri Lanka, quien no
escatimó en palabras de reconocimiento a Cuba, a la que calificó de
país de vanguardia en la colaboración con el Tercer Mundo.
Mencionó los avances de la mujer, el apoyo de la Isla a la causa
contra el apartheid, las misiones médicas y de alfabetización, la
asistencia para enfrentar las consecuencias del tsunami en Sri Lanka
y el terremoto en Pakistán, entre otras.
Terminó con un Hasta la Victoria Siempre, que arrancó una cerrada
ovación en el Palais de Nations de Ginebra.
Frases como impresionantes resultados, mejor muestra de expresión
popular de la democracia, profundo compromiso con la solidaridad
internacional pese al bloqueo de Estados Unidos y Revolución que
dignifica a su pueblo, se escucharon en la sala.
Razón por la cual el viceministro primero de Relaciones
Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla, señaló el contraste
alentador y respetuoso que dominaba el ambiente, a diferencia de las
antiguas prácticas manipuladoras y de doble rasero.
Las tres horas de deliberaciones llegaban a su fin después de que
entre otros, oradores de Sudáfrica, Venezuela, Bolivia, Nicaragua,
Filipinas, Ecuador, México, Jordania, Paquistán, Argelia, China,
Rusia, Trinidad Tobago y Jamaica consumieran sus turnos.
Para completar aspectos de la información, otros integrantes de
la delegación cubana abundaron sobre el sistema judicial,
parlamentario, trabajo y seguridad social, e informática y
comunicaciones. (PL)