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Ya estamos en la Vuelta ARIEL B. COYA Vale, no es el Tour de Francia ni el Giro de Italia. Tampoco la Vuelta a España. Aunque la Vuelta sí es, la Vuelta Ciclística a Cuba, que este 2009 arriba a sus 45 años de creada, si bien parece que festeja sus primeros 15. Tanto es el alborozo que despierta este certamen.
Ya sé, algunos me dirán que en él no compiten esas luminarias del ciclismo mundial que son Contador, Armstrong, Cancellara, Sastre, Leipheimer, Cunego, Evans, Valverde¼ Cierto es, aunque poco importa. Porque el bojeo en bicicleta a la mayor de las Antillas atesora un glamour especial, que seduce, que fascina, que convida y desafía a pedalistas de las más diversas latitudes a emprender su recorrido. Al menos así ocurre desde la cuarta edición, en 1967. Sin retroceder mucho en el tiempo, por aquí desfilaron el canadiense Svein Tuft y el italiano Filippo Pozzato. El primero, líder del ranking de ruta en América durante el 2007 y subtitular de la contrarreloj individual en el Mundial de Varese’08. El último, ganador de una Milán-San Remo (2006), conquistó incluso una etapa del afamado Tour (2004), además de terminar segundo en dos campeonatos de fondo en carretera (2003 y 2005) allá en su Italia natal. Más atrás queda la época dorada de la Vuelta, en los ’70 y ’80 de la pasada centuria, cuando formaron parte del pelotón polacos, alemanes, colombianos, húngaros, checoslovacos y aquellos soviéticos formidables (Sujorochenko, Abdoujaparov, Zinoviev y Avo Pikus) que pugnaron por quebrantar la hegemonía de los anfitriones. Porque no se debe olvidar que han sido los cubanos los tradicionales dominadores de esta justa, sobresaliendo tres sempiternos monarcas: Pipián, el primero de todos; Eduardo Alonso, el más ganador (con seis títulos), y Pedro Pablo Pérez, el último absolutista. Volviendo a la actualidad, cabe reseñar que este 2009 la presencia foránea en nuestros clásicos del pedal volverá a ser destacada. Vienen, entre otros, dos escuadras fogueadas como el Cinelli (Italia) y el Planet Energy (Canadá), además de una potente sexteta de Venezuela, comandada por Manuel "El Gato" Medina, triunfador de la Vuelta al Táchira’06. También regresan el Saxonia (Alemania) y el Tecos (México), este último encabezado por el colombiano Gregorio Ladino, dueño y señor de las lomas en el clásico anterior. Pero no nos detengamos en los ciclistas, pues ya me espetarán varios entendidos que las "grandes carreras" poseen otros extras, más allá de la fama, como el entusiasmo y el recorrido. Sucede con el Tour, donde no falta emoción porque nunca falta un rey en los Campos Elíseos y ocurre en el Giro, donde no escasea la pasión porque siempre hay italianos. También en la Vuelta a España se vive con exaltación cada embate, ya sea en los Pirineos o en ese Angliru de vértigo. Cierto. Sin embargo, tampoco ello es motivo suficiente para esparcir la envidia por estos lares. Al menos no mientras a los márgenes de la carretera afluyan, junto a los mayores, miles de pioneros para saludar a la caravana con sus pañoletas al vuelo, ni en tanto perdure el ardor guerrero de los corredores en la lucha diaria por cada etapa. Terreno hay y montañas. Siempre está Topes, a la espera de que se retome la Gran Piedra. Y todo eso, sin mentar la coronación en el Paseo del Prado, donde un nuevo campeón ascenderá este año al podio, flanqueado por esos leones de ensueño, bajo el esplendente sol del Trópico. Cierto, no es el Tour ni el Giro. Ni tampoco la Vuelta a España. Aunque la Vuelta sí es: Nuestra Vuelta. Esa que sin haber echado a rodar aún, ya regresó. Recorrido de la Vuelta a Cuba 2009
PALMARÉS HISTÓRICO
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El
tradicional certamen pedalístico celebrará sus 45 años de fundado.
