Los salones de exposición de la Maqueta de La Habana acogen una
singular exposición de pintura del artista naif Raúl Rubio Ramírez:
una mirada a esta ciudad desde El Canal, barrio del municipio de
Cerro.
Usando técnica de tinta sobre cartulina, Rubio Ramírez hace gala
de perspectivas y plasma en sus cuadros una exquisita proporción
espacial para presentar la muestra, denominada Por esas calles de
La Habana.
Sin formación académica como pintor, "El Canalero" muestra su
sensibilidad al captar instantes de las calles y llevarlos a sus
obras, trasmitiendo estados de ánimo en los colores y las originales
figuras humanas.
La denominación naíf se aplica a la corriente artística
caracterizada por la ingenuidad y espontaneidad, el autodidactismo
de los artistas, los colores brillantes y contrastantes, y la
perspectiva acientífica captada por intuición.
Hasta el 18 de marzo estará abierta la exposición, muestra con
trazos que a veces invocan el pincel de un niño que juega, pero
detrás de cada pieza hay un artista conocedor de lo que busca.
La historiadora de arte cubano Luisa María Ramírez, asegura que
hay unos 28 términos para designar la "ingenuidad" de esta
manifestación, que va desde popular, autodidacta, de domingo, hasta
primitivos modernos, artistas felices o espontáneos, pasando incluso
por llamarlos marginales y anarquistas del pincel.
En el siglo XVIII, pintores populares cubanos, sin formación
académica, decoraban las fachadas de comercios y los interiores de
las viviendas, y pintaban murales y avisos que identificaban calles
y comercios.