Abatidos por sucesivos huracanes, los vegueros cubanos mejoran el
diseño de las casas de tabaco para enfrentar esos fenómenos que
suelen ocasionar severos daños.
En las famosas vegas de Pinar del Río, mayor productor de la hoja
en el país, se edifican aposentos de menor altura que la
tradicional, para reducir su vulnerabilidad a los embates de los
vientos.
Las transformaciones prevén también una ampliación de las
instalaciones con el fin de incrementar la capacidad de
almacenamiento, explicó a Prensa Latina Enrique Cruz, director del
Sector Tabacalero en la provincia.
Esa iniciativa se aplica en todos los municipios de Vueltabajo
(como se conoce también esta zona) dedicados al cultivo de la
codiciada planta, agregó el funcionario.
Cruz precisó que luego de los perjuicios provocados por Gustav e
Ike en agosto y septiembre pasados, se decidió perfeccionar el
diseño de la infraestructura para protegerla ante eventos de esa
naturaleza.
De los siete mil aposentos dañados por los organismos tropicales,
fueron reconstruidos hasta la fecha más de tres mil 900 y otros mil
están en fase de terminación, subrayó.
Brigadas de campesinos y carpinteros provenientes de varias
provincias cubanas apoyan desde hace varios meses las faenas de
recuperación en los campos pinareños, que recobran su habitual
apariencia con los trabajos de restauración.
Al referirse a la actual campaña aseguró que a pesar de los
contratiempos iniciales, labriegos y expertos confían en que la
cosecha será abundante y de óptima calidad por el predominio de
favorables condiciones climatológicas.
La recolección se aproxima a la etapa pico o de mayor actividad,
por lo que en el territorio (140 kilómetros al oeste de La Habana)
se organizan fuerzas adicionales para garantizar el éxito de la
contienda.
Pinar del Río aporta el 70 por ciento de la producción nacional
de la hoja y casi la totalidad de las capas empleadas en la
elaboración de los apetecidos puros Habanos.