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Formación de maestros
¿La solución viste de azul?
Joel Mayor
Lorán
Joel@granma.cip.cu
Será que los pre no motivan a quienes deciden ser maestros? Para
nadie es secreto que el ingreso de jóvenes a los institutos
superiores pedagógicos no satisface la demanda, pero en la provincia
de La Habana el déficit en la enseñanza preuniversitaria resulta aún
más notable.
“Él
va al aula con el objetivo de que aprendamos, y siempre lo cumple”,
asegura Geisa Lucía sobre su profesor Noslén.
Tal carencia perjudica a los estudiantes del territorio y a otros
18 000 alumnos de la capital del país matriculados en esos
planteles. Ya se aplican medidas, aunque la solución definitiva está
todavía distante.
PREFERIDO POR POCOS
En el Ernesto Guevara, un pre emblemático ubicado en Caimito,
realizan un censo vocacional tan pronto llegan los alumnos en décimo
grado.
Durante el curso anterior formamos un aula pedagógica con 21
estudiantes de duodécimo. Claro, apenas seis de ellos aspiraban a
ser profesores de preuniversitario. Hay un problema de estimulación.
No es lo que más les llama la atención, indica Bárbara Zulueta,
directora del centro. Este año serán cuatro, del grupo de 31 y de
una matrícula de 189 en este grado.
Según la profe María Antonia Montalvo, el curso anterior tuvieron
estudiantes con notas excelentes que decidieron seguirles. "Serán
magníficos pedagogos. Debido a su elevado promedio, los padres se
opusieron; pero ellos defendieron lo que querían estudiar.
"Generalmente no sucede así: quienes se dan cuenta de que no
pueden alcanzar otras opciones, por su bajo rendimiento académico,
piden el Pedagógico como última alternativa. Nos corresponde
desempeñar un papel extraordinario¼ si
queremos tener maestros como Rubén, a quien aun en su año de
Servicio Militar Activo le ceden dos días a la semana para venir a
impartir clases de Química."
MUCHO POR HACER
En el curso escolar 2007-2008, la sede pedagógica de Caimito
graduó solo 26 licenciados para la enseñanza preuniversitaria,
asevera Deysi Calderín, la directora. Habían iniciado estudios 94, y
desde su primer año 30 educandos pidieron la baja.
Habría que hacer un análisis, la mayoría son varones, que eligen
la carrera para pasar solo un año de Servicio Militar Activo,
considera Deysi.
El panorama de Caimito no difiere de la situación del resto de la
provincia. Julio César García, director de Educación en La Habana,
señala que resta mucho por hacer para terminar con el déficit de
profesores en la enseñanza preuniversitaria.
"Lo primero es detener el éxodo y las bajas de los alumnos que
matriculan en estas carreras. Lo segundo, incrementar la
incorporación de jóvenes a Ciencias Exactas, Naturales, Humanísticas
e Inglés, las especialidades que tributan docentes a nuestros pre."
Julio César subraya la envergadura de un desafío como el de
lograr la permanencia de los jóvenes en sus estudios universitarios:
"El indicador de retención del Pedagógico está por debajo del 50%".
A seguidas, revela la alternativa que habrán de aplicar los
preuniversitarios. "Cada uno debe ser capaz de captar a los
profesores que necesita, de entre sus propios estudiantes; por
supuesto, a partir de una correcta orientación vocacional.
"Se precisa fortalecer el trabajo de la escuela como
microuniversidad. Corresponde al director y al tutor dotar a esos
profesores de los conocimientos y las habilidades requeridas.
También la sede pedagógica, de conjunto con el Instituto Superior
Rubén Martínez Villena, ha de elevar la calidad de su labor."
Hasta el momento, solo el 10% de los alumnos de noveno grado
atraídos por el magisterio se inclinan por los preuniversitarios, e
incluso menos piden esta carrera entre los de pre pedagógico.
"Pocos preuniversitarios logran captar a sus futuros maestros, lo
cual nos obliga a buscar variantes emergentes como acudir a más de
400 profesores de otras provincias, incorporar más de 100
estudiantes de la Universidad Agraria a impartir materias, contratar
personal de otros sectores, recurrir a jubilados, e incrementar la
carga docente a profesores y miembros de los consejos de dirección."
UNA MUY DIGNA ACTITUD
A pesar de tales variantes nos faltan 121 maestros, y en esos
lugares no se les llega a los alumnos con la calidad que
desearíamos, sino a través de monitores y consultas semanales con
los profesores. Por ello continuamos reajustando los grupos docentes
y en la búsqueda de quienes habían abandonado las aulas, afirma
Julio César.
"El curso anterior tuvimos bajas nuevamente, 150 esta vez. El
contenido de trabajo influye. En cambio, es preciso destacar la
entrega de quienes eligieron quedarse y se empeñan en formar el
relevo: de ellos, unos 300 viven en la capital; en ocasiones,
complementan su preparación en el poco tiempo libre de que disponen
en la casa."
Inevitablemente, los contingentes de profesores de otras
provincias persistirán por no menos de cinco años, añade, aunque eso
se resolverá si hay una respuesta del territorio para formar los que
necesita. De La Habana depende cuánto más. A ellos hay que
agradecerles el haber dejado "su hogar para enseñar a nuestros
jóvenes".
¿UN PRE CON 100 PROFESORES?
Yanet Tomé cursa el segundo año de la Licenciatura en Estudios
Socioculturales. Es de los 14 estudiantes de la Universidad Agraria
que imparten clases en el IPUEC Arides Estévez, ubicado en Güines.
¿Su asignatura? Español-Literatura, dos veces a la semana. Por estos
días le coinciden muchas pruebas y trabajos investigativos de su
carrera. "Pero trato de no faltar; también mis alumnos tienen
examen".
Realizan un esfuerzo extraordinario, manifiesta Miguel Fuentes,
el director. "Y a esa tremenda disposición hay que agregar que
cuentan con tutores de experiencia y se preparan mediante las clases
en DVD."
Entretanto, el vecino pre pedagógico Pedro Albizu ya no forma
solo profesores generales integrales (PGI), sino que unió dos grupos
al empeño de los preuniversitarios. Le llaman Misión Relevo.
Mas, lo visto en el pre Gilberto Arocha (situado en ese mismo
municipio habanero) hace pensar que quizás la solución sí viste de
azul. Entre los propios discípulos del centro hallaron profesores a
fin de cubrir sus necesidades, y para el año próximo el claustro
pudiera crecer hasta 67, mientras la media provincial llega a 34.
Si me permitieran tener 100 maestros en la escuela, lucharía por
ello. Hace dos cursos no sufrimos bajas. Por eso, completamos los
PGI, tutores y especialistas necesarios, lo cual se revierte en la
mejoría de todos los indicadores, sostiene Ernesto Díaz, el
director.
Las brigadas pedagógicas del Gilberto Arocha (compuestas por 32
pupilos), transitaron por la habilitación en la sede pedagógica de
Güines, y ahora inician la Licenciatura en las especialidades
elegidas.
NO ES DEMASIADO LEJOS
Leonelvis Castañeda imparte Matemáticas. Dice que no necesita la
presión de los muchachos para superarse; él mismo se exige. Vivir en
Alamar y trabajar tan lejos tampoco es problema. "¿Mi novia? Claro
que me reclama: me levanto muy temprano y regreso tarde. Se pone un
poco molesta, pero se le pasa. Esta es mi profesión".
Y Noslén Gutiérrez tenía 98,92 de índice académico, solo que
siendo todavía alumno pedía a los profesores le dejaran impartir
clases. "Nadie me dijo: ‘tienes que hacer esto’. Fue el ejemplo de
los maestros".
"Él goza, disfruta dar clases, igual que nosotros con él",
asegura su alumno Carlonis Quiala. "Va al aula con el objetivo de
que aprendamos Matemáticas, y siempre lo cumple", añade Geisa Lucía.
Los muchachos de este pre viven en el municipio capitalino de La
Habana del Este. Parte de sus profes también, pues fueron alumnos de
allí. De modo que la distancia impone un esfuerzo adicional, aunque
el entusiasmo les haga sentir que no es demasiado lejos.
Les atrae laborar en una institución organizada, donde priman la
disciplina y la unidad. Un ambiente semejante contribuye a que los
jóvenes no quieran abandonar nunca su querido preuniversitario, y
regresen¼ esta vez para colocarse ante la
pizarra. |