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El portavoz de la ONU en Sri Lanka, Gordon Weiss, comunicó hoy en
esta capital que al menos 52 civiles murieron durante combates entre
el ejército y los separatistas tamiles en el noreste de la isla.
En declaraciones a medios informativos en Colombo, Weiss denunció
también que el último hospital existente en la zona controlada por
los Tigres para la Liberación del Tamil Eelam (TLTE) fue atacado
anoche con bombas de racimo.
El diplomático aseguró que al menos 52 civiles perdieron la vida
en ataques registrados en el sector de Suranthapuram y que se
aguardan aún por más detalles de esa región, aunque omitió
responsabilizar algunas de las partes por ese hecho.
Acerca del bombardeo al centro asistencial, Weiss precisó que el
hospital está en Puthukudiyirippu, última zona en ocupada por los
TLTE, atacado en varias ocasiones desde el domingo último, donde se
encuentran atrapados 15 trabajadores de la ONU y sus familiares.
Según la Cruz Roja en ese hospital 12 civiles murieron y otros 30
resultaron heridos por ataques con proyectiles de diferentes tipos
el lunes último, que dañaron además hasta la fecha las cocinas,
iglesia, la sala de operaciones y pabellones de mujeres y niños.
Un plazo de 48 horas dado por el gobierno para que los más de 250
mil civiles que continúan en esa zona de lucha pasaran a área de
seguridad expiró el domingo.
Los últimos combates coinciden con los festejos celebrados en
Colombo por el aniversario 61 de la Independencia de Sri Lanka.
En un discurso en saludo a la efemérides el presidente Manida
Rajapaksa informó que el ejército controla casi toda la isla del
océano Índico.
Sin embargo, fuentes militares reportan que los TLTE mantiene
bajo su control pequeños núcleos urbanos de Visuamadu y
Puthukudiyirippu, tras perder en enero el estratégico paso del
Elefante, la ciudad de Kilinochchi, su capital, y la ciudad de
Mullaitivu, último gran bastión.