Es un logro científico y técnico, y no un objetivo militar, subrayó el portavoz del Ministerio iraní de Relaciones Exteriores, Hassan Qashqavi, al destacar que coincidió con el 30 aniversario de la Revolución Islámica, que se festeja justo estos días aquí.

El lanzamiento del satélite Omid (Esperanza, en idioma persa) se realizó el lunes mediante el cohete Safir-2 y constituyó una forma de diseminar monoteísmo, paz y justicia en el mundo, según lo describió el presidente Mahmoud Ahmadinejad.

Mientras en Irán se festejó como un gran éxito científico la puesta en órbita del primer artefacto de ese tipo fabricado totalmente en el país, potencias mundiales como Estados Unidos, Francia, Alemania y Gran Bretaña, además de Israel, esgrimieron gran preocupación.

La reacción occidental se produjo en medio de los preparativos de la reunión programada para este miércoles en Alemania de diplomáticos del llamado Grupo 5+1 (los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU y el país anfitrión) con representantes iraníes.

Ambas partes retomarán en suelo germano las discusiones en torno al programa nuclear de la República Islámica, también cuestionado por Washington y la Unión Europea, que desoyen las reiteradas afirmaciones de Teherán de que tiene fines civiles.

Autoridades espaciales iraníes explicaron que el satélite es del tipo ligero y está diseñado para girar 15 veces alrededor de la tierra cada 24 horas. El ingenio trabaja con dos bandas de frecuencia y ocho antenas con las que transmite sus datos a una estación terrena.

Omid tiene la misión de recopilar información y evidencias, y después de orbitar de uno a tres meses regresará a la Tierra con datos que ayudarán a expertos iraníes a enviar un satélite operacional al espacio en el futuro próximo, indicó Qashqavi.