El medio ambiente y la economía nacional reciben grandes
beneficios, con el trabajo de la planta recuperadora de Dióxido de
Carbono (CO2) Antonio Sánchez, considerada la más grande de Cuba por
su diseño.
Con unas 140 toneladas producidas hasta la fecha, la instalación,
ubicada en el complejo agroindustrial del mismo nombre, tiene como
objetivo reducir la emisión a la atmósfera de esta sustancia
perjudicial y al mismo tiempo proveer a los organismos que necesiten
el fluido.
Mediante un proceso divido en cuatro fases, el CO2 pasa por una
etapa de lavado para absorber cualquier suciedad, primero por agua y
luego por permanganato de potasio, declaró a la AIN el jefe de
producción de la entidad, Miguel Núñez González.
Luego -añadió Núñez González- este es comprimido, purificado
mediante filtros y enfriado a menos 28 grados centígrados, lo cual
posibilita su almacenamiento y posterior traslado.
El dióxido de carbono de la estación cienfueguera es utilizado a
nivel nacional por el sector de la salud e industrias metalúrgicas y
químicas, como la fábrica de cemento Karl Marx, del territorio, la
productora de bebidas Ciego Montero, en Pinar del Río, y la
fundición de Sagua la Grande, en Villa Clara.
Esta solución evita el gasto de divisas al país, ya que cada
tonelada del producto cuesta mil dólares en el mercado
internacional.
No obstante sus resultados, aún le quedan a la planta por
resolver complicaciones con el equipamiento, específicamente los
compresores, los cuales le impiden hoy llegar a las más de 20
toneladas al día.