El manejo ecológico de las plagas, en función del cuidado
fitosanitario de las plantaciones, integra el programa de
agricultura cañera con énfasis en lo natural en práctica en Cuba e
implementado en Pinar del Río.
Durante una visita al territorio, especialistas explicaron la
generación en laboratorios de los centros reproductores de
entomófagos y entomopatógenos (CREE) de ocho líneas de medios
biológicos, aplicables al cultivo y a otros renglones producidos en
entidades agropecuarias del sector.
La mayor tradición en tal materia en Pinar del Río corresponde a
la Empresa Azucarera Harlem, inmersa en el proyecto hace varias
décadas, período de beneficios a los rendimientos por hectáreas,
corroborados siempre por los expertos.
Los propósitos, destacan documentos de esas fuentes, son
introducir nuevas clases de biorreguladores y avanzar hacia una
mayor protección fitosanitaria de los campos por esta alternativa
eficaz en cualquier siembra, al disminuir las infecciones
significativamente.
En la caña redujeron en las dos últimas décadas las plagas y, por
ejemplo, mediante la mosca cubana Lixophaga Diatraeae Towns,
descendieron los índices de Diatraea Saccharalis (taladrador de
tallos) de 3.38 grados en 1980 a 1.43
Solamente ese resultado propició el ahorro de más de siete
millones de pesos, al recuperar azúcar, antes depredada por la
acción del taladrado, aumentó los rendimientos y evitó realizar
tratamientos químicos al cultivo.
Además impactó en la ecología, aspecto este último al que el
sector dedica entre otros planes, la fertilización orgánica.