Instructores de Arte, agrupados en la Brigada José Martí, suman
su talento a la Cruzada Teatral Guantánamo-Baracoa, importante
suceso sociocultural que recorre las serranías del extremo oriental
cubano en homenaje a José Martí.
El trabajo del proyecto de las artes escénicas y la incursión de
esos promotores distinguen la reanimación comunitaria que se
materializa en zonas intramontañas.
Muchos de los instructores guantanameros aseguran que en el
surgimiento de su vocación influyó el impacto que suscita la
Cruzada, en su afán por llevar lo mejor de las tablas a la geografía
rural.
Acreedora del Premio Nacional de Cultura Comunitaria en 1999, esa
iniciativa acoge a varias agrupaciones teatrales de Guantánamo, como
el Guiñol, Campanario y Teatro de Río, y a colectivos de otras
regiones del país y foráneos, interesados en formar parte de la
experiencia.
Cada año la tropa juglaresca recorre casi 400 kilómetros por el
macizo Nipe-Sagua-Baracoa, y en esta edición ofrecerá más de 200
actuaciones en un centenar y medio de localidades recónditas.
Durante la primigenia fase del trayecto, que inició este
miércoles por el poblado de La Tagua, el Guiñol de Guantánamo
presentará cinco obras de estreno, incluidas tres dedicadas al
público infantil.
Para la segunda etapa -contemplada a partir del 15 de febrero
próximo- se prevé incorporen a la travesía el Teatro Cimarrón, de La
Habana; el Guiñol de Holguín, la Guerrilla de Teatreros, de Granma;
y el Teatro de Títeres Guachipilín, de la hermana nación de
Nicaragua.