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Una delegación de alto nivel de Cuba presentará la próxima semana en
Ginebra su informe en la cuarta sesión del mecanismo de Examen
Periódico Universal (EPU) del Consejo de Derechos Humanos (CDH) de
Naciones Unidas.
Así lo informó en la primera parte de una entrevista exclusiva
con Prensa Latina el embajador cubano ante organismos
internacionales en Ginebra, Juan Antonio Fernández, al responder a
un cuestionario sobre el próximo compromiso de la Isla en el CDH.
"Ya ha habido tres sesiones anteriores en las que han sido
revisados un total de 48 países. Si bien hasta el momento este
ejercicio de revisión ha transcurrido de manera satisfactoria, aún
está por consolidarse", explicó.
"Se trata de un mecanismo nuevo, que requerirá de tiempo para
brindar resultados tangibles, pero en cualquier caso es un paso en
la dirección correcta para eliminar las negativas prácticas y vicios
que imperaban en la antigua CDH", puntualizó.
Con una labor de larga data en Ginebra, Fernández adelantó que al
próximo EPU Cuba irá con una delegación de alto nivel, "presidida
por la ministra de Justicia, María Esther Reus, y otros compañeros
del Gobierno, organismos e instituciones".
"Vamos a debatir en plano de igualdad y sobre la base del respeto
mutuo, a presentar nuestra verdad, defender nuestros logros y a
mostrar al mundo lo que hemos avanzado en materia de derechos
humanos y justicia social como parte del proceso revolucionario",
argumentó.
Después de años de combate en la antigua Comisión y ahora dentro
del nuevo CDH surgido en 2006, Cuba cumplirá su EPU el próximo 5 de
febrero.
En virtud de su larga experiencia dentro de los entuertos de
Ginebra, ¿qué expectativas tiene sobre este nuevo mecanismo?
"Ciertamente el EPU es un mecanismo que ha generado muchas
expectativas. Introducido como parte de la arquitectura del nuevo
CDH representa un cambio cualitativo importante con relación a la
antigua Comisión de Derechos Humanos", dijo.
"Imperaban los dobles raseros, la selectividad y la manipulación
con fines políticos; la Comisión era un instrumento controlado por
los países del norte rico e industrializado", añadió.
Más adelante el diplomático recordó que sólo el bloque del sur,
"y en particular aquellos disidentes del orden mundial imperante,
eran objeto de cuestionamientos en materia de derechos humanos".
"Un órgano que en descrédito no fue capaz de condenar las
prácticas de secuestros, detenciones arbitrarias, así como de
torturas y tratos crueles, inhumanos o degradantes de EE.UU. contra
los prisioneros en Abu Graïb y la Base en Guantánamo", destacó.