Washington, 23 de enero (PL).— Varios de los principales
periódicos estadounidenses respaldan hoy la orden del presidente
Barack Obama de cerrar la prisión en la base naval de Guantánamo,
territorio ocupado en contra de la voluntad del gobierno y el pueblo
cubanos.
Según The Washington Post, la orden de Obama de clausurar
ese centro de detención, eliminar los interrogatorios coercitivos y
cerrar las cárceles secretas de la CIA representa una nueva era
post-11 de septiembre.
"El presidente Obama eliminó ayer las herramientas más
controvertidas que empleó su predecesor contra los sospechosos de
terrorismo", señala el Post.
De acuerdo con el rotativo, "fue un final rápido y repentino de
una era que de todas maneras estaba llegando lentamente a su fin, a
medida que crecía el sentimiento público contra los percibidos
abusos de poder del gobierno."
Por su parte, Los Angeles Times se pregunta qué hacer con
los 245 reclusos aún en la instalación de Guantánamo y cómo resolver
sus casos judiciales, además de felicitar al presidente número 44
por revertir las políticas de George W. Bush.
"Obama merece crédito por terminar con los peores excesos de la
administración Bush en la 'guerra contra el terrorismo'(...) Pero
los decretos contienen ambigüedades que demuestran cuán difícil será
desanudar lo que creó el presidente Bush", indica el rotativo.
Mientras, The Chicago Tribune propone mantener a los
sospechosos de terrorismo todavía detenidos en Guantánamo "como
prisioneros de guerra hasta tanto dure el conflicto o hasta que ya
no representen una amenaza".
Este jueves una encuesta de la televisora ABC y de The
Washington Post revela que el 53 por ciento de los
estadounidenses apoya el cierre de la prisión militar en Guantánamo.
Hace cuatro años sólo el 36 por ciento de los ciudadanos de esta
nación respaldaba el cierre del referido penal, mientras el 58 por
ciento se oponía, según un estudio de la cadena noticiosa CNN y la
firma Opinion Research Corporation
Desde 2002 las características de la prisión generaron una fuerte
ola internacional de protestas.
Según confesiones de la mayoría de los liberados, durante los
interrogatorios fueron sometidos a maltratos como la privación de
sueño, exposición a temperaturas extremas, música a alto volumen y
la obligación de permanecer durante horas en posiciones incómodas.