Hace años que mis amigos me dicen así, o también el Gurú de las
vallas. Tal vez tenga que ver con los resultados desde 1986 a la
fecha, cuando alcancé metales de todos los colores en
centroamericanos, panamericanos, mundiales al aire libre y bajo
techo, y dos veces el título olímpico.
¿Cuáles son los
secretos de Antúnez para el éxito?
El hecho de provenir de la base me ayudó bastante. Transité por
los diferentes niveles de la educación y el deporte, desde una
secundaria básica, un tecnológico, la Universidad Central, el campo
deportivo Aurelio Janet, la EIDE, la ESPA, hasta llegar al equipo
nacional.
¿Qué te aportó esa
experiencia?
Mucha creatividad. Lo que aprendes allí es valioso, por eso
mantengo el contacto con los entrenadores de la base, porque son
ellos quienes descubren a los talentos y los forjan.
¿Qué características
debe poseer un atleta para triunfar en las vallas?
Que le tenga amor a lo que hace. Además de sus condiciones
físicas, debe ser disciplinado, estudioso, saber oír al entrenador,
u otros atletas de experiencia.
¿Y un entrenador?
Junto a los conocimientos científicos, debe ser un educador.
Nunca te puedes cansar de hablar con él, hay que convencerlo acerca
de cuándo debe descansar, cuándo trabajar, explicarle el porqué del
entrenamiento y las tareas asignadas.
¿De los atletas que
has entrenado cuál ha sido el más técnico?
He tenido a Valle, Anier y Dayron, muy técnicos. Emilio Valle era
insuperable. Era un corredor lento, sin embargo, hacía tremendos
tiempos gracias a la limpieza con que pasaba sobre las vallas.
Dayron Robles ha reiterado que tú eres como su padre.
) Qué opinión te merece
esa afirmación?
Estoy orgulloso de que piense así. Te digo más, me siento padre
de todos los que han pasado por el equipo nacional en estas dos
décadas. Somos una gran familia, cada generación ha aportado sus
enseñanzas a quienes vienen detrás. Así Valle trabajó con Anier
García, y este contribuye ahora a la formación de Robles.
¿Qué lo caracteriza?
Es muy veloz y potente durante la carrera. También, desde el
punto de vista técnico es excelente, aunque todavía puede superar
pequeñas fisuras. A pesar del poco tiempo que lleva en este deporte
ya es un fuera de serie, un estudioso del evento y de los corredores
cubanos.
¿Hasta dónde llegará?
Hasta donde él quiera. Recientemente hicimos algunas pruebas
médicas, tanto de fuerza como de velocidad, resistencia, reflejo y
otras, las que demostraron lo bien que está. El récord del mundo no
nos sorprendió. La táctica utilizada fue hacerlo temprano para
desconcertar al mundo, en especial a sus rivales, y lo logramos.
¿Te quedaste con el
deseo de que compitiera contra Liu Xiang en Beijing?
Sí, quería que compitieran porque se había especulado mucho al
respecto y era un reto personal de él y mío. Deseábamos demostrar el
trabajo de las vallas cubanas y eliminar un poco el criterio erróneo
de que Dayron se entretenía o se quedaba dormido en las competencias
importantes, algo totalmente falso.
¿Cómo reaccionaste el
día de la medalla de oro en Beijing?
No estaban sobre la pista Liu Xiang, tampoco Tramell, solo
competidores a los cuales Dayron había ganado varias veces, entonces
trazamos la estrategia de bajar de 13 segundos para que la gente
viera que llegábamos en buena forma para ganar el oro. Ese día la
pista estaba muy mojada, por eso le indicamos salir delante y
mantener la velocidad y la resistencia, sobre todo en las últimas
vallas.
¿Esa es la medalla que
más has disfrutado como entrenador?
La disfruté mucho, aunque la medalla más recordada es el bronce
de Anier García en Atenas 2004, porque nadie la esperaba.