A partir del perfeccionamiento de la organización, los casi dos
mil macheteros pinareños tienen condiciones para elevar la
productividad, a tono con los reclamos de eficiencia tras el paso de
los meteoros.
Junto al corte mecanizado, estas fuerzas tributadoras de materia
prima a las dos empresas azucareras del territorio, fortalecieron la
emulación, en tanto desde tiempo atrás son contratadas por las
unidades productoras de base, variante beneficiosa desde múltiples
aristas.
La experiencia, proveniente de la provincia de Matanzas,
convirtió a los antiguamente movilizados, en su mayoría por la CTC,
al estado de asociados, de modo que los ingresos monetarios de ese
personal se vinculan a los resultados productivos finales, a favor
de la justa compensación.
Por otra parte, los jefes de brigadas son miembros de las juntas
directivas de las cooperativas y UBPC, mientras todos tienen derecho
a participar en las asambleas de los socios y a recibir utilidades,
iniciativas de impacto en el sentido de pertenencia e interés por el
uso eficiente de los recursos.
Los macheteros, quienes aportan casi el 30 por ciento de la caña
en la provincia, reciben doble atención, la del centro laboral de
procedencia y las cooperativas; tienen un plazo de hasta dos años
para cancelar el acuerdo, si desean regresar a sus entidades.
Asimismo, las unidades de base adquieren mayor responsabilidad,
tras la adquisición de medios facilitados por el MINAZ, relación
llamada a mejorar la productividad de este tipo de corte,
responsable del derribo de casi el 30 por ciento de la entrega de
caña en Pinar del Río.
Como en el resto de Cuba, los macheteros de la provincia, con
campos mermados por los huracanes Gustav e Ike, recibieron
capacitación, vacunas, atención médica, para su estado óptimo en los
centrales Harlem, ya en funciones, y 30 de Noviembre, por iniciar la
molienda a fines de mes.