BAYAMO.— Al
actual rostro de esta ciudad, capital de la provincia de Granma, se
incorporan señales del tránsito mejoradas en su imagen.
Aunque el territorio todavía tiene mucho por hacer en la
disminución de los accidentes, el proceso de señalización y
elevación de la cultura vial registró en el 2008 los mejores
resultados de las últimas dos décadas.
El aprovechamiento de muebles de refrigeradores repuestos por
otros menos consumidores como parte de la Revolución Energética,
sostuvo en ese periodo la fabricación y colocación de más de 2 200
señales. Con tal gestión se completaron en el año 825 kilómetros de
vías, y más de 2 600 señales (1 984 en áreas urbanas y 622 en
carreteras) antes instaladas, recibieron mantenimiento.
Argel Peña Bencosme, jefe del área productiva del Centro de
Ingeniería de Tránsito en Granma, señaló a este órgano de prensa que
otras muchas alternativas vienen aplicándose con el objetivo de
paliar el déficit de recursos, como chapas de acero.
En el territorio surgió el diseño del molde para la fabricación
de pedestales o soportes de hormigón (antes también metálicos),
prototipo extendido a todas las provincias, las cuales también se
sirvieron en los últimos dos años de una máquina, recuperada aquí,
para pintar pavimento o señales horizontales.
La provincia completó 10 semáforos, tres nuevos y el resto
reactivados mediante inventivas y recuperación de piezas, algunos de
estos puestos a funcionar con intermitentes mecánicos, y aunque con
solo dos luces (roja y amarilla) indican a los choferes quién tiene
la prioridad al llegar a determinadas intersecciones.
En el propio 2008 fabricó más de 1 900 múcuras para ciclo vías y
soluciones en intersecciones o zonas de peligro, mientras
sistematizó los estudios de tramos para señalizar (193 kilómetros
fueron analizados) y los puntos de conflicto o de mayor
concentración de accidentes.
A mediados del pasado año la provincia acogió a sus homólogas
orientales para exponer experiencias e iniciativas, integradas a una
estrategia general precisada en el 2009 que contribuya aún más a
modificar conductas, pues aunque las cifras de fallecidos y
lesionados al cierre de diciembre fueron las menores de las últimas
tres décadas, los accidentes crecieron con respecto al 2007.