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Dos nuevos casos de ejecuciones extrajudiciales, esta vez en esta
capital, de jóvenes desaparecidos y luego reportados por los
militares como muertos en combate, fueron denunciados hoy.
En declaraciones a la prensa la secretaria de gobierno de Bogotá,
Clara López, informó que los cadáveres de dos hombres de 31 y 23
años, desaparecidos en septiembre en la localidad capitalina Rafael
Uribe, fueron encontrados dos días después en el municipio de Chivor,
en el departamento de Boyacá.
Esto coincide con los casos de 11 jóvenes que desaparecieron en
los barrios de Ciudad Bolívar y en el vecino municipio de Soacha y
cuyos restos fueron hallados en el departamento de Norte de
Santander, dados como bajas por las fuerzas militares.
Según la funcionaria, en ambas situaciones se presenta el mismo
modus operandi.
Los casos de ejecuciones extrajudiciales perpetradas por
militares, denominadas aquí falsos positivos, provocaron una crisis
dentro de las instituciones armadas que llevó a la salida de 27
oficiales, incluida la renuncia del jefe de las Fuerzas Militares,
General Mario Montoya.
Héctor Quirama, hermano de uno de los asesinados, declaró a la
radioemisora Caracol que su familiar padecía una enfermedad mental y
no sabía manejar armas, pero junto a su cadáver fue encontrada una
ametralladora.
Añadió que los cuerpos tenían varios impactos de bala y vestían
ropas limpias, lo que no es lógico en caso de haber ocurrido un
combate.
Grupos defensores de derechos humanos y partidos de oposición han
insistido reiteradamente en que el gobierno tome medidas drásticas,
que vayan más allá de la salida de varios altos oficiales.
Incluso han pedido insistentemente la renuncia del ministro de
Defensa, Juan Manuel Santos, por su responsabilidad política ante lo
que parece ser una práctica sistemática dentro de las fuerzas
militares.
Según datos de la Procuraduría y la Fiscalía existen más de mil
denuncias sobre falsos positivos, en las que están involucrados
miembros de los cuerpos armados.