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Unión de Reyes sonríe
Ventura de Jesús
Irse del pueblo llegó a ser la mayor aspiración de no pocos
residentes en Unión de Reyes. En los últimos años, muchos
ambicionaron la posibilidad de trasladarse a la ciudad de Matanzas o
sencillamente a otro lugar con mejores expectativas de vida.
Hotel
Unión: Más de una década sin prestar servicio; hoy totalmente
remozado.
Y el extremo anhelo estaba en algo justificado. La pequeña urbe
donde naciera el rumbero mayor, Malanga, se tornó poco a poco en un
lugar feo, perezoso, sin atractivos, lo que se dice un pueblo
muerto, motivado sobre todo por la pérdida de sus principales
fuentes de empleo y una cierta cuota de inercia.
Un día en los duros años de los 90, y por razones comprensibles,
cerró la vieja fundición, conocida industria donde laboraban más de
500 trabajadores y era desde hacía varias décadas como el nervio
cardinal en la vida de la gente. Algún tiempo después cesaron los
dos centrales azucareros, que hasta entonces daban empleo a más de 2
000 vecinos de la zona; cerraron la empacadora y la planta de
asfalto, y otros centros cambiaron su objeto social, como ocurrió
con tres granjas citrícolas vinculadas laboralmente a la zona.
Todo ello conllevó a que más del 85 % de la fuerza laboral se
desempeñara fuera del municipio. Esta circunstancia atentó contra el
sentimiento de identidad del unionense, y algún que otro solía
evocar la popular frase de Boitel: Unión de Reyes llora¼
"Oiga, a veces a las cuatro de la tarde usted no veía ni a tres
almas en las cuatro esquinas", cuenta el jubilado José Luis Quirós.
"No había a esa hora ni donde comprar una caja de cigarros. El
cambio que vemos ahora lo pedíamos a gritos".
LLEGÓ LA REANIMACIÓN
Afortunadamente, las cosas dieron un giro positivo y llegó un
nuevo aire para los habitantes de la región. Y no fue por obra y
gracia de la casualidad. Obedeció al trabajo. En apenas un año se
concluyeron más de 60 obras sociales, algunas de ellas nuevas
construcciones, y otras reanimadas luego de largo tiempo sin prestar
servicio; todas de inestimable beneficio para la población.
La transformación, tanto en la cabecera municipal como en el
resto de los consejos populares, es notable. De una forma u otra se
aprecia también en Alacranes, Juan Gualberto Gómez, Cidra, Cabezas,
Bermejas y otras comunidades más pequeñas.
"Así hemos resuelto más de 800 planteamientos de la población
desde etapas anteriores; en ocasiones con una obra solucionamos la
preocupación de decenas de familias", explica Luis Alfonso Gallardo,
presidente del Poder Popular en el municipio.
Cobró vida el hotel Unión, ubicado en el mismo corazón de la
cabecera municipal, y cerrado diez años atrás. Quedó como nueva la
Terminal de Ferrocarriles; se reanimaron la pizzería y la totalidad
de las cafeterías; abrieron nuevos minirrestaurantes y una
coctelera, y se remodelaron farmacias, parques, casa del abuelo,
talleres, bodegas, tiendas; reabrieron sus puertas cinco secundarias
urbanas, la Casa de los Combatientes, panaderías, áreas deportivas y
de salud, y está en proceso de ejecución un viejo inmueble que será
la sede del grupo de Teatro D’Sur, creado en 1980 y dirigido por
Pedro Vera desde su fundación. Sin duda, un privilegio excepcional
para los vecinos de este municipio.
Minirrestaurante
La Cidra.
Lo alcanzado, argumenta Gallardo, ha sido posible por el esfuerzo
mancomunado, porque si bien la provincia dio prioridad al municipio
con la entrega de algunos recursos, el peso fundamental lo aportó el
pueblo, con iniciativas locales, ideas, y la voluntad de avanzar.
"Ejemplos de ello son la cafetería IX Festival (con 14 y hasta 20
productos a la venta) y el minirrestaurante La Cidra, en la
localidad de igual nombre, y la Casa de Cultura, en el consejo
popular de Juan Gualberto Gómez (Sabanilla). En este lugar sobresale
la plaza Juan Gualberto Gómez, concebida y erigida por un grupo de
creadores con Agustín Drake a la cabeza, destacado escultor
matancero que nació precisamente en ese pequeño poblado".
AMBIENTE DE CULTURA
"Aquí se ha hecho más en un año que en toda la última década",
afirma Manolo Ramos. "Yo soy nacido y criado aquí y no recuerdo otro
momento de tanta reanimación. Es un cambio verdadero, no solo de
pintura y arreglo de las fachadas. El Partido y el Gobierno
encabezan esta faena, y demuestran la valía de saber sumar y
trabajar con la gente. La población tiene mucho entusiasmo. Ahora
nos toca cuidar mejor lo que ha costado tanto esfuerzo levantar".
Lizet Alonso Padrón, la directora municipal de cultura, asegura
que en la etapa recibieron algún tipo de atención las 20
instalaciones culturales. Una muestra es el centro Fredy Paneque, en
Alacranes, el cual fue reconstruido totalmente. Lo realizado en
estos meses y el amor con que se han encarado los más disímiles
obstáculos son un buen tributo a Regino Pedroso, y al propio José
Rosario Oviedo, Malanga".
AÑORANZA POR EL RUMBERO MAYOR
Yo
vi bailar a Malanga, asegura Pablo Emilio.
A los 93 años de edad, Pablo Emilio Tejeda Bango no ha perdido la
capacidad de divertirse. Es uno de los ancianos de la casa de
abuelos de Alacranes. "Tumbé mucha caña en mi vida y pasé más
trabajo que un forro de catre. Ahora no me puedo quejar. Aquí vivo
como Carmelina y todos me quieren". —¿Y nunca vio bailar a
Malanga? "Cómo no, yo estaba chiquillo, pero recuerdo haberlo
visto en una casa que le decían El Palomar, adonde se iba a rumbear
los domingos. Entonces se bailaba sereno, no es como ahora. Unión de
Reyes lloró su muerte, y hoy debemos estar contentos y sonreír por
la fortuna de haber tenido un rumbero tan grande y una Revolución
así". |