Garantía de vida en Las Tunas Aun pequeña, una provincia puede lograr que sus
niños sean los que menos fallezcan y sus adultos quienes más vivan
Pastor Batista Valdés
Dueña de ese placer que se arraiga en los abuelos, Esther Marina
Díaz levanta en brazos, una y otra vez, a su risueña nieta Ana
Bárbara Mariño. La escena se repite en las afueras del hospital
pediátrico Mártires de Las Tunas, donde la bebita acaba de ser
atendida a causa de un leve problema respiratorio.
Los
cuidados intensivos han tenido una alta incidencia en el descenso de
la mortalidad infantil.
Tal vez Esther no se detenga a meditar que su nietecita
representa un eslabón, entre los miles, donde resplandece la tasa de
mortalidad infantil más baja en la historia de esta provincia: 2,7
al cierre del 2008.
Ella solo sabe que "no hay palabras exactas para agradecer la
atención que ha recibido la niña desde que Lisbet la trajo al mundo
con siete meses, apenas tres libras de peso" y, sin embargo, hoy
tiene una salud excelente y un desarrollo tan normal como el que les
espera a Daniela Delgado, a Arley Gutiérrez y a otros niños
atendidos en los cuidados intensivos, intermedios y salas del
hospital.
Ana
Bárbara y su abuela Esther Marina: la vida que se empina.
Quizás tampoco Esther Marina sepa que mientras su nieta disfruta
la dicha de vivir en una de las provincias donde menos mueren los
niños menores de un año, ella, como abuela, tiene el privilegio de
residir en el territorio cubano con mayor expectativa de vida para
el ser humano: 79,28 años.
RAZONES Y REALIDADES
Numerosas razones explican la sostenida tendencia al descenso de
la mortalidad infantil en Las Tunas.
En opinión de los doctores Rabiel Cárdenas y Tatiana Basterrechea,
con funciones importantes en la consecución de ese propósito, un
pilar ha sido la reorganización del sistema de atención primaria,
que permite el seguimiento más preciso a la futura madre y al bebé,
en el contexto de una voluntad que integra acciones dentro y fuera
del sector de la salud.
También así se puede vivir más y mejor.
El funcionamiento de equipos para ultrasonido y otros medios de
avanzada tecnología en los 16 policlínicos de la provincia
posibilita hacer cada vez mejores diagnósticos para detectar a
tiempo enfermedades congénitas, en tanto los 18 hogares maternos
(insuficientes en número de camas, pero con suficiente
profesionalidad y pasión en sus trabajadores) desempeñan una función
vital en la atención a embarazadas con algún factor de riesgo.
Si hoy Las Tunas exhibe la más baja tasa de fallecidos por
anomalía congénita (0,54), un 99,7% de supervivencia entre el total
de niños que nacen aquí y 85 para los que registran un peso inferior
a 1 500 gramos, es porque el combate a favor de la vida no recae
solo en pediatras y obstetras, aun cuando su rol sigue siendo vital
tanto en las áreas de salud como en las instituciones hospitalarias,
según afirma la doctora Viviana Gutiérrez Rodríguez, jefa del
Programa Materno Infantil en la provincia.
especialistas y dirigentes coinciden en que, sin el "gardeo" y el
apoyo constantes del Partido y del Gobierno, sin la elevación del
nivel científico entre los profesionales de la salud y sin el
vínculo directo con el Ministerio, Las Tunas no cerraría igual el
año ni pudiera aspirar a empeños superiores para el 2009 en torno al
bajo peso al nacer (donde se concentran las mayores dificultades),
así como en el trabajo con los pronósticos y con el cuadro de
higiene y epidemiología, entre otras proyecciones.
CONFIRMACIÓN DE LA ESPERANZA
Cuando en la sesión ordinaria de la Asamblea Nacional el pasado
julio, el General de Ejército Raúl Castro Ruz expresó que la
esperanza de vida más alta del país está en Las Tunas, algunos se
sorprendieron, tal vez porque no imaginaban ese logro en un
territorio que no puntea entre los más aventajados por la naturaleza
ni entre los de más desarrollo industrial, económico y social.
Pero, decididamente, aquel humano empeño no expira cuando el niño
arriba al primer año. La voluntad de incrementar la calidad de vida
en toda la población (salud, alimentación, cultura, deportes,
seguridad social, acceso a todos los derechos¼
) tiene su expresión hoy en la posibilidad real de vivir cada vez
más.
La doctora Tania Maura González, jefa del Departamento de Adulto
mayor, Trabajo social y Discapacidad, le concede gran valor a la
atención primaria, que atrae al grueso de las consultas en la
provincia y propicia cada vez mejor atención a los ancianos.
Médicos, enfermeros, especialistas, trabajadores sociales,
psicólogos, tecnólogos¼ integrados en
equipos multidisciplinarios de Atención Gerontológica, acercan aún
más la medicina a las personas de la llamada tercera edad e insertan
a miles de ancianos en actividades que también generan salud.
Numéricamente insuficientes, los hogares de ancianos hallan
complemento en la también limitada red de casas de los abuelos y en
casi 800 círculos, donde más de 35 000 longevos continúan
sintiéndose dueños del futuro.
Según estadísticas, para un octogenario tunero se suman ocho años
más de esperanza de vida. Especial dicha disfrutan 130 habitantes
que rebasan el siglo de existencia. No obstante, por cada 100 niños
menores de 14 años hay 81 personas con más de 60 abriles.
Por eso, Esther Marina levanta alegre en brazos a su nieta frente
al Pediátrico, justo a la hora en que algún familiar de la anciana
Irma Montenegro pasa a recogerla después de otro "inolvidable" día
en esa Casa, donde, junto a otros abuelos, recibe tanta ternura como
la que empezó a depositar en sus hijos hace más de medio siglo. Eso
es vivir sin miedo a la muerte. Ese es el verdadero sentido de la
vida. |