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Otro bebé palestino engrosó hoy la abultada lista de civiles muertos
como consecuencia de los bombardeos aéreos, navales y terrestres
israelíes contra Gaza, mantenidos pese al llamado de la ONU a un
inmediato cese del fuego.
Aún después de que el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó en
Nueva York una resolución que insta a detener las hostilidades, las
fuerzas israelíes atacaron durante la madrugada y esta mañana 50
objetivos en Gaza, incluida una casa cerca de Beit Lahiya (norte).
En esa incursión aérea murieron seis civiles, incluido el bebé,
mientras otros tres palestinos perecieron por un bombardeo en el
centro de la franja costera.
De acuerdo con fuentes médicas palestinas, al menos 790 personas
han muerto y más de tres mil 250 resultaron heridas en los 14 días
de agresión hebrea, causante, además, de la aguda escasez de
alimentos, agua potable, medicinas, electricidad y combustible.
Estimados de autoridades y socorristas de la ONU refieren que
unos 220 niños palestinos perecieron desde el 27 de diciembre, cifra
equivalente a un tercio del total de víctimas fatales, de las cuales
alrededor del 40 por ciento es población civil.
Junto con las incursiones aéreas, se escucharon bombardeos de
tanques e intensos disparos de artillería toda la madrugada y en las
primeras horas del día en el norte de Gaza y en la periferia de la
ciudad, donde hay alta densidad poblacional.
Los milicianos de Hamas lanzaron hoy ocho cohetes contra Israel,
como parte de los 25 disparados desde la noche del jueves.
Israel sufrió 13 bajas fatales, 11 de ellas militares, desde que
emprendió sus ataques contra este empobrecido enclave palestino y
que le ha valido denuncias de la Cruz Roja Internacional (CICR) y de
la agencia de la ONU que asiste a los refugiados (UNRWA).
De hecho, socorristas y personal de la Cruz Roja confirmaron
haber rescatado el jueves a unos 100 sobrevivientes palestinos de
las ruinas de edificios del área de Zeitoun a la que las tropas
israelíes deliberadamente impidieron el acceso a personal de
emergencias.
Khaled Abuzaid, chofer de ambulancias, indicó que hallaron entre
40 y 50 cadáveres en un complejo residencial devastado en el sur de
la ciudad, donde también los uniformados hebreos prohibieron el
acceso.
Al denunciar la violación del derecho internacional por parte de
Tel Aviv, Abuzaid reveló el caso de cuatro niños localizados
sentados entre escombros y en estado de inanición cerca de los
cadáveres de sus madres y otras personas, presuntamente desde hacía
cinco días.
El jefe de CICR en Israel y los territorios palestinos ocupados,
Pierre Wettach, calificó de incidente vergonzoso la negación por
parte de los judíos de asistencia a los heridos e, incluso, el
bloqueo a otros socorristas dispuestos a brindarla.
Por su lado, el jefe de la UNRWA, John Ging, consideró una muy
dura decisión la suspensión de todas las labores aquí después de que
ayer la artillería israelí disparó contra un convoy de camiones bien
identificado que trasladaba ayuda humanitaria desde la frontera
norte.