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Tras concluir una de las temporadas lluviosas más fuertes en muchos
años, ahora las autoridades colombianas alertan sobre la posibilidad
de incendios forestales a causa de altas temperaturas veraniegas.
Al cerrar la información sobre las consecuencias de la ola
invernal, Germán Jiménez, director encargado de la dirección
Nacional de Prevención y Atención a Desastres, informó que la cifra
de damnificados ascendió a más de un millón 247 mil personas.
La mayoría se reportó en los departamentos de Bolívar, Chocó y
Magdalena, en la mitad norte del país.
A causa de las lluvias, inundaciones y deslizamientos perecieron
76 personas, desaparecieron 18 y más de un centenar resultaron
heridas.
El informe de esa dependencia oficial da cuenta de la destrucción
de dos mil 300 viviendas y daños de diferente consideración en otras
95 mil. En total los equipos de socorro atendieron entre el 15 de
septiembre y el 31 de diciembre del 2008, 11 emergencias por
avalanchas, 109 por deslizamientos, 469 por inundaciones, y 44 por
vendavales.
A ello se suman, según datos del Ministerio de Agricultura, la
pérdida de más de 150 mil hectáreas de cultivos, que quedaron
anegadas por las lluvias y ríos desbordados.
Jiménez alertó a la población de que preste su colaboración a
partir de esta semana en evitar los incendios forestales, que pueden
convertirse en otro azote en numerosas regiones del país.
Según el funcionario anualmente aumenta la cantidad de hectáreas
que se pierden a consecuencias de las llamas y llamó a los comités
locales y regionales de emergencia a mantenerse alerta.
Recordó a aparte de las altas temperaturas, muchas veces los
incendios ocurren por negligencia humana.