Cuba cuenta con dos mil 820 expedientes históricos de naufragios,
120 sitios arqueológicos localizados, y una colección de cinco mil
artefactos extraídos de los lugares estudiados.
En su página digital, la
Revista
Juventud Técnica comenta que debido a su posición geográfica
y durante cuatro siglos, la Isla fue destino de todas las flotas de
América.
Miles de embarcaciones transitaron por las proximidades del
archipiélago y muchas zozobraron a causa de ciclones y temporales, o
por accidentes provocados por el desconocimiento de la geografía del
Nuevo Mundo.
Fue así que las aguas cubanas se convirtieron en depositarias de
un estimable patrimonio cultural sumergido, que durante 30 años se
ha estudiado mediante el Departamento de Arquitectura el cual desde
el 2004 dirige la empresa SERMAR.
Integran esa dependencia arqueólogos, antropólogos,
historiadores, conservadores y restauradores, y durante las campañas
de excavaciones participan además buzos especializados, geofísicos,
cartógrafos y biólogos.
Ovidio Ortega Pereyra, jefe de Investigaciones de SERMAR, explicó
que se aplica la conservación in situ o la excavación arqueológica,
según corresponda, debido "a que en las aguas tropicales las partes
metálicas ferrosas de las embarcaciones sufren un deterioro más
acelerado".
Otros elementos poco favorecedores son la presencia de corales en
las aguas cálidas, causantes del encostramiento de numerosas piezas
-lo cual impide su posterior estudio-, y de organismos xilófagos que
se comen la madera.