El último diciembre de Camilo

General de Brigada ® William Gálvez

En los días finales de noviembre y principios de diciembre de 1958, el Comandante Camilo Cienfuegos, al frente de varios combatientes de su Columna y de conjunto con la del Che, rechazaba la ofensiva enemiga en el Escambray.

Cabe preguntarse ¿por qué Camilo se encontraba en ese territorio, si él con su tropa debía de estar en Pinar del Río? Ciertamente esa fue la orden que le designara el Comandante en Jefe Fidel Castro, pero para burlar un peligroso cerco del Ejército pasó desde el Sur por donde marchaba, al Norte de Camagüey, y circunstancias imprevistas lo obligan a continuar hacia el Oeste por ese terreno.

En la madrugada del 7 de octubre de 1958 cruzó el río Jatibonico a Las Villas. El día 8 se traslada a Jobo Rosado, campamento del Destacamento Máximo Gómez del Partido Socialista Popular (PSP, comunistas), luego contactará con el Destacamento Marcelo Salado de nuestra organización MR-26-7 en los montes de Alicante. Ambos con poco y deficiente armamento.

Como el estado físico de los invasores era lamentable, Camilo decide permanecer uno días para reponer fuerzas y una vez –antes no-- que tuviera informe del Che y su columna, continuaría su avance. Por los jefes de allí conoció del estado político-militar de la provincia, percatándose de que la situación más grave estaba en las montañas del Sur, por la actitud anti-unitaria del autotitulado II Frente Nacional del Escambray frente al Directorio Revolucionario 13 de Marzo —de donde supuestamente procedían—, el MR-26-7 y el PSP. Además, amenazaban con atacar a los que penetraran en su territorio sin su previa autorización.

Esa fue una razón más que suficiente para que el Comandante invasor no continuara la marcha hasta que el Che arribara a esa provincia y poder estar listo para acudir a apoyarlo en caso de que fuera necesario. Camilo informó de la situación a Fidel que le ordenó mantenerse en esa provincia hasta que el Che consolidara su mando. Días antes este se lo había solicitado por escrito. Consciente de que tendría que permanecer un tiempo en aquel territorio, se dio a la tarea de crear una base guerrillera, para entregársela al Che cuando recibiera la orden de continuar hacia Pinar del Río.

El primer encuentro de la Columna 2 con el enemigo fue el 15 de octubre, que fue rechazado cuando atacó el campamento del MR-26-7. Los días 22 y 27 realizaron dos emboscadas, y el 30 tomaron el puesto militar en Venegas. En esas acciones se le ocasionó numerosas bajas mortales al enemigo y la de los rebeldes fueron: Julio Careaga y Reyner Páez y heridos: capitán Antonio Sánchez (Pinares), Rafael Moreno y Amaranto Peña.

Las más de 50 armas ocupadas se entregaron a los integrantes de los dos destacamentos y, con parte de sus hombres y de la Columna Invasora Camilo formó la Columna Mixta, entregándome su mando. Él tomaría bajo su mando a los demás. También se constituyeron de igual forma varias patrullas que operarían en distintas áreas. Así logró la unidad en aquella zona.

Al quehacer guerrillero Camilo unió el organizativo y político, creando todos los departamentos de lo que fue el Frente Norte de Las Villas y promovió su liberación. Se esbozó además un plan para continuar la marcha hacia Occidente.

En noviembre se evitó la farsa electoral, realizando acciones de todo tipo con bajas mortales al enemigo. Tropas de la Columna Mixta tomaron el poblado de Carrillo y la Columna Invasora con Camilo al frente, rindió el cuartel de Zulueta. Se realizaron asambleas con trabajadores agrícolas y azucareros, presididas por él.

A finales de este mes, Camilo acude a entrevistarse con el Che en el Escambray, estrechándose en un fuerte y fraternal abrazo en la noche del 29. Al siguiente día, coordinaron el plan de acciones hasta que llegase la orden de partida de la Antonio Maceo. Pero ante el avance de la ofensiva enemiga el Che le encarga defender la dirección del Pedrero.

Después de que el ejército de la tiranía emprendiera la retirada, el Señor de la Vanguardia vuelve a su territorio. El 12 de diciembre recibe a los dirigentes del Frente Obrero Nacional Unido (FONU), para coordinar la realización del Congreso Nacional de Obreros Azucareros. A pesar de haberse enviado soldados al cuartel de Zulueta, el día 14 el jefe invasor realiza la entrega de prisioneros a la Cruz Roja. Por orden de Camilo, la Columna Mixta, toma el día 15 la planta eléctrica de Iguará, el 18 sorprenden a los soldados que trataban de escapar de Meneses, causándoles numerosas bajas; el 19 atacan Mayajigua, aunque la mayoría escapa.

Liberados esos tres pueblos, Camilo nos ordenó iniciar el cerco de Yaguajay en la madrugada del 22 de diciembre. Se ocuparon los centrales y se situaron emboscadas en todas las posibles entradas o salidas.

El día antes se inició el Congreso Nacional de Obreros Azucareros y Camilo acude a la apertura. Al final de la tarde se nos une el simpático y corajudo Pinares. Luego de rendir nuevamente el cuartel y liberar el pueblo de Zulueta, Camilo asume el mando de las tropas en Yaguajay. Situó su Puesto de Mando en el central Narcisa, y posteriormente lo trasladaría a una casa del pueblo.

Los castrenses ocupaban las plantas altas del Ayuntamiento, el Gran Hotel y la Colonia Española, desde donde dominaban todas las entradas a Yaguajay y la planta eléctrica estaba bien defendida. La mayor cantidad de militares se encontraban en el cuartel, sólida construcción de mampostería a un kilómetro de la ciudad, en una llanura que hacía extremadamente peligroso avanzar hacia ella.

Entre 350 y 400 militares defendían esas posiciones, y 160 a 180 rebeldes con buenas armas y tal vez otros 100 escopeteros teníamos la misión de derrotarlos. La correlación de fuerzas favorecía al enemigo, pero en razón, voluntad de vencer y apoyo popular, la correlación estaba a nuestro favor incalculablemente. Durante el 22 y el 23 se realizaron varias exploraciones e intercambios de disparos. La última noche, el Che visita a Camilo, en esta ocasión le indica que no debe apurarse para ir a apoyarlo en Santa Clara, pues considera que con el crecimiento de su tropa y las del Directorio pueden cumplir su plan.

Según Guevara, se barajaba que la administración yanqui había decidido dividir el país: desde Matanzas a Pinar del Río quedaría en manos de la tiranía, y desde Las Villas a Oriente en la de los rebeldes. Independientemente de que esa maniobra pudiera suceder, había que continuar las operaciones, por lo que desde el amanecer del 24 Camilo ordenó a las tropas que atacaban las distintas posiciones, avanzar y tomarlas. A tiro limpio y cocteles Molotov fueron desalojados los soldados con numerosas bajas y armas capturadas; los que escapan se dirigen al cuartel. De inmediato el jefe rebelde ordenó reforzar el cerco a ese punto y arreciar el fuego, poco después un morterazo causó la muerte del rebelde Joaquín Paneca e hirió a Víctor Sotomayor, Ramón Marcell y al autor.

Seguidamente los sitiados solicitaron una tregua, para sacar a sus muertos y heridos, a la vez plantearon retirarse pero sin entregar las armas, a lo que Camilo se negó, reanudándose el combate a las 6:00 p.m. No demoró mucho en aparecer la aviación y ametrallar el pueblo. Los ataques aéreos se mantuvieron diariamente, causando destrucción y víctimas en la población. Cada noche Radio Rebelde nos informaba de las victorias revolucionarias en el Sur de Las Villas, en Oriente y en otras provincias, lo que nos servía de estímulo.

Consciente Camilo de que avanzar sin protección hacia el cuartel era una muerte casi segura, aceptó la idea de un combatiente y mandó a forrar un tractor de esteras con planchas de acero, sacos de arena y le colocó un lanzallamas. El objetivo principal era tratar de incendiar la instalación militar y obligarlos a rendirse. Como el "tanque" con el "lanzallamas" vomitaba fuego, el Comandante lo bautizó "Dragón I", pues pensaba mandar a construir otros.

Previendo que pudieran enviar refuerzos desde Ciego de Ávila, situó emboscadas en la carretera de esa ciudad a Mayajigua y en los esteros de posibles desembarcos marítimos, evitando uno de ellos después que cañoneara las posiciones guerrilleras, ocasionando varios heridos.

En las tres acciones —siempre de noche— del "Dragón I", no se pudo quemar el cuartel, y en la última un bazucaso le apagó el motor; al creer Camilo que los tres tripulantes estarían muertos o heridos, bajo la balacera él con dos compañeros acuden a rescatarlos. Al llegar al "Dragón" nada les había ocurrido, trataban de arrancarlo, hasta que lo logran y salen de allí. Aunque no se obtuvo desde el punto de vista militar lo esperado, si lo obtuvimos en lo psicológico, pues en aquellos militares cundía el pánico cuando sentía el elevado ruido de aquella "arma", desconocida para ellos.

El día 28 Camilo con otros combatientes visitan al Che en Santa Clara, este le dice que dentro de sus posibilidades trate de concluir el combate. El 29 la nave enemiga al ver lo imposible del desembarco se retira. Como siempre, en los lugares de mayor peligro se presentaba el comandante invasor. El 30 una nueva visita del Che, en esta ocasión entregó una bazooka a su hermano de combate, prometiéndo enviarle al siguiente día un mortero, aunque Camilo le dijo que si le mandaba una avioneta bombardearía el cuartel con tanques llenos de gasolina —un gigantesco cóctel Molotov—, y que seguramente los militares se rendirían.

El mortero llegó y enseguida el Comandante Cienfuegos lo hizo accionar contra el cuartel. Al recibirse el aviso de que el aparato aéreo llegaría a media tarde me ordenó esperarlo en el campo de aterrizaje de Mayajigua, pues sería yo quien se encargaría de esa misión. Pero el enemigo al caerle un par de granadas del mortero, vuelve a solicitar parlamento. En esta ocasión Camilo le advirtió al jefe militar, capitán Abón Lee, que de no ser una rendición incondicional, seguiría el ataque.

Por supuesto, el oficial no demoró en aceptar lo dicho por el jefe invasor. El avión fue enviado, pero al volar a baja altura sobre las posiciones rebeldes fue tiroteado y derribado; el piloto, aunque con graves heridas, salvó la vida.

Así concluía el quehacer guerrillero del Comandante Camilo Cienfuegos. Sería su último diciembre de combate, para ocupar un sitial entre los consagrados por lograr nuestra hermosa y digna Revolución.

 

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