El
19 de diciembre, el presidente electo Barack Obama anunció la
selección de los miembros que aún faltaban de su gabinete de
gobierno: la hispana y representante demócrata por California, Hilda
L. Solis como secretaria de Trabajo; el representante republicano
por Illinois, Ray LaHood como secretario de Transporte, y el
afroamericano y ex alcalde de Dallas, Texas, Ron Kirk, como
representante de Estados Unidos para el Comercio y, se fue de
vacaciones a su estado natal, Hawaii, junto a un grupo de amigos
íntimos de Chicago. Allí permanecerán "apartados del mundanal ruido"
hasta el fin de año del 2008.
El gabinete ministerial, junto con otros tres cargos que también
tienen rango ministerial aunque no alcanzan la categoría de
Departamentos (Oficina de Administración y Presupuesto, Agencia de
Protección Ambiental y el Representante de Estados Unidos para el
Comercio), constituyen el principal equipo ejecutivo del electo
presidente Barack Obama y está integrado por dieciocho personas.
Solo dos de ellos, los secretarios de Defensa y de Transporte, son
republicanos.
Diez son blancos, tres afroamericanos, tres hispanos, uno
chino-americano y otro árabe-americano, lo que en buena proporción
refleja la composición étnica de la población norteamericana. Hay
cuatro mujeres en el grupo, las cuales ocupan importantes cargos:
Estado, Seguridad Territorio Nacional, Protección Ambiental y
Trabajo. Los afroamericanos tendrán a su cargo la ya mencionada
Protección Ambiental, Justicia y el representante para el Comercio.
Los hispanos dirigirán los departamentos de Comercio, Interior y
Trabajo. El chino- americano atenderá Energía y el árabe-americano
se ocupará de la cartera de Transporte.
Desde el punto de vista regional, el Nordeste del país es el de
mayor representación en el grupo (a pesar de ser la menos poblada de
las regiones del país, pero que tradicionalmente ha ejercido una
gran influencia política y financiera) con seis, si incluimos en esa
región a la secretaria de Estado Hillary Clinton, quien ha
desarrollado en Nueva York su vida política en los últimos años. Le
sigue la del Oeste con cinco (tres de ellos son de la zona de las
Montañas, tradicional bastión republicano donde Obama obtuvo
importantes avances en estas elecciones); el Medioeste (región de
Obama) con cuatro, y el Sur (principal base republicana) con solo un
representante, el texano Ron Kirk, que fue designado representante
de Estados Unidos para el Comercio. Las designaciones para Defensa y
Asuntos de Veteranos quedaron en manos de militares, en lo cual no
es influyente su procedencia regional.
A juzgar por las actuaciones y declaraciones de algunos de los
nuevos designados por Obama, talmente parece que en esta temporada
navideña se ha desestimado el consejo de Jesucristo: "Y nadie echa
remiendo de paño recio en vestido viejo: porque el tal remiendo tira
el vestido y se hace peor la rotura" (Mateo, cap. 9, vers. 16).
El equipo militar de Obama es heredado, casi en su totalidad, del
que ha estado sirviendo a Bush. El secretario de Defensa, Robert
Gates, continuará trabajando con el almirante Michael Mullen como
jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas de Estados
Unidos; con el jefe del Comando del Centro, general David Petraus;
con el jefe de las fuerzas de Estados Unidos y de la OTAN en
Afganistán, general David McKiernan y con el jefe de las fuerzas en
Iraq, el general Ray Odierno.
En diciembre, Gates realizó un rápido viaje a Afganistán, Iraq y
Bahrein. Fue, como señaló un artículo del Washington Post, en misión
de reconocimiento y como emisario de Obama.
El 11 de diciembre, en respuesta a un periodista que le
preguntara sobre la política de Obama hacia Afganistán, dijo Gates:
"El presidente electo¼ cree que librar
esta lucha en Afganistán es una alta prioridad y le gustaría ver más
recursos dedicados a esta lucha, incluyendo más tropas." Son
palabras que avalan la decisión de incrementar en unos 30 000
efectivos la presencia militar de Estados Unidos en ese país, lo
que, unido a la idea de duplicar los del ejército y la policía
afgana, hacen inevitable la prolongación de la guerra durante los
próximos cuatro años.
Dos días después, en una conferencia sobre seguridad con
dirigentes de las naciones del Golfo Pérsico en Bahrein, Gates
expresó: "El presidente electo y su equipo no se hacen ilusiones
acerca del comportamiento de Irán y lo que Irán está haciendo en la
región y aparentemente está haciendo con algunos programas de
armamento". Y agregó: "Traigo del presidente electo Obama un mensaje
de continuidad y compromiso con nuestros amigos de la región". Es
otra manifestación de la disposición a mantener en ese terreno la
actuación de George W. Bush.
En cuanto a Iraq, respondió Gates por esos días al periodista de
la PBS, Charles Rose: "Mi idea es que veremos quizás varias decenas
de miles de tropas (norte)americanas (en Iraq), después del 2011".
Quiere decir, que durante toda la administración de Obama habrá una
fuerte presencia militar de Estados Unidos en Iraq; ya en el
Pentágono se estudia la idea de "redefinir" la categoría de esas
tropas con un sutil cambio de "tropas de combate" a la de "asesores"
y "entrenadores".
Y el reciente apoyo del gobierno de Bush, con el tácito
beneplácito de Obama, a los criminales, bárbaros, terroristas y
despiadados ataques israelíes contra la franja de Gaza, pone en
crisis la posibilidad de que bajo Obama se pueda alcanzar una paz
negociada entre Israel y Palestina.
Como complemento a las acciones militares, el Departamento de
Estado bajo Hillary Clinton se prepara para asumir de manera
efectiva las funciones de administrador de los llamados "programas
de reconstrucción" en los territorios ocupados, particularmente en
Afganistán e Iraq, hasta ahora ejercidas por los militares. Tanto
Gates como el nuevo asesor para la seguridad nacional, el general
retirado James L. Jones, respaldan que el Departamento de Estado
reciba los fondos suficientes para que esta actividad quede en manos
civiles. Otra idea es la designación de embajadores viajeros para
distintas áreas del mundo. Particularmente, se habla de designar a
Richard C. Holbrooke para Afganistán, Iraq e Iran, y el Medio
Oriente. Las designaciones de Jacob J. Lew y de James B. Steinberg
como vicesecretarios de Estado, el primero para atender las
cuestiones de presupuesto y financieras y el segundo para asuntos de
políticas, apuntan a que estas serán las prioridades del
Departamento de Estado.
Sin embargo, donde Obama ha puesto directamente su mayor empeño
es en el área de la economía y aquí nuevamente se percibe la idea de
continuar con las políticas que la administración Bush ha estado
aplicando, aunque la dimensión del problema se ha agigantado y se
requieren "grandes remedios".
En estos momentos se está elaborando un "paquete de estímulos
económicos" que el pasado 16 de diciembre el presidente electo
orientó elaborar luego de una reunión de cuatro horas con sus
principales asesores económicos donde le informaron que "se
enfrentaba una recesión más severa que cualquiera de las ocurridas
en el último medio siglo". El plan debe estar listo el 2 de enero
para presentarlo inmediatamente al Congreso que se instalará el 6 de
enero con el propósito de que sea aprobado y sometido a su firma en
los 10 a 15 días posteriores a la toma de posesión.
Según las informaciones, el plan deberá contemplar gastos en
infraestructuras viales, en ampliar la cobertura de salud, en
desarrollo de fuentes y redes de energía alternativa, en renovación
y construcción de escuelas, en apoyo a pobres y desempleados, con el
propósito de crear en dos años unos tres millones de nuevos empleos
y "las bases para una economía que ayude a las familias de ingresos
medios".
Los cálculos iniciales sitúan el costo del plan durante dos años
en, al menos, 850 000 millones de dólares, lo que provocará en el
Congreso una fuerte resistencia de los republicanos y de los 51
representantes demócratas moderados y conservadores conocidos como
los "perros azules", todos los cuales se oponen al incremento de los
déficits fiscales federales.
Como se puede apreciar, en estas dos áreas que han sido a las que
mayor atención ha prestado Obama durante la transición, las
perspectivas de cambio se van introduciendo en los viejos moldes.
Como también dijo Jesús a sus discípulos, la cuestión es que "echen
el vino nuevo en odres nuevos y lo uno y lo otro se conservan
juntamente".
* El autor fue jefe de la sección de Intereses de Cuba Estados
Unidos de septiembre de 1977 a abril de 1989.