Cuba acaba de ratificarse dentro de la vanguardia mundial en la
efectividad de los pronósticos del tiempo, al cerrar el 2008 con el
91,2% de aciertos, el más elevado desde que en nuestro país comenzó
a medirse ese indicador en 1981.
El doctor José Rubiera, jefe del Centro de Pronósticos del
Instituto de Meteorología, informó en entrevista exclusiva con
Granma que tal porcentaje está dentro del rango alcanzado por
naciones continentales altamente industrializadas, como Estados
Unidos, Canadá y otras de Europa occidental, cuyas evaluaciones
varían entre 91 y 93%.
La meteorología, recordó, no es una ciencia exacta y eso explica
por qué en ninguna parte del mundo puede lograrse el máximo de
efectividad, en lo referido al promedio anual de cumplimiento de los
vaticinios.
Según explicó Rubiera, en las islas resulta más complejo hacer el
pronóstico, pues hay una mayor variabilidad en las condiciones
meteorológicas con respecto a la que pueda existir en los
continentes. De ahí lo notorio de que cada diez partes del tiempo
emitidos por nuestra institución durante el 2008, nueve hayan salido
bien, indicó.
Hay países insulares de elevado desarrollo que logran del 86 al
89% de aciertos. En esa relación figuran por ejemplo Japón y Gran
Bretaña.
Los datos que se toman en cuenta para evaluar la efectividad de
los pronósticos son la nubosidad, lluvia, temperatura máxima y
mínima, además de la velocidad y dirección del viento. Cada análisis
del cumplimiento de los partes se hace mediante un programa de
computación y el uso de códigos, lo cual garantiza su absoluta
confiabilidad.
En el caso específico de Cuba, la etapa invernal es la más
difícil, debido a la gran variabilidad provocada por los frentes
fríos, las masas de aire provenientes del norte, y hasta por las
condiciones particulares de una localidad, capaces de favorecer
descensos notables de las temperaturas mínimas, como sucede en
diferentes puntos de la llanura Habana-Matanzas.
Rubiera atribuyó este salto cualitativo en la efectividad de los
pronósticos, iniciado a partir del 2003, a dos cuestiones
fundamentales:
"Sin duda hay que mencionar el programa de fortalecimiento del
servicio meteorológico nacional iniciado como parte de la Batalla de
Ideas, que trajo consigo la introducción de importantes adelantos
tecnológicos y la automatización gradual de la red de estaciones.
Pero también tenemos un capital humano de máxima calificación con un
relevo generacional garantizado, al sumarse jóvenes egresados de la
carrera de Meteorología y de otras disciplinas."
Los tiempos en que con su acostumbrado sentido del humor nuestro
pueblo hablaba del "Instituto de Mentirología", quedaron atrás para
beneplácito de los cubanos.