En sendos reportes divulgados en Kabul, la Comisión Independiente de Derechos Humanos de Afganistán (AIHRC) analiza el impacto negativo en los ciudadanos y en el proceso de reconstrucción de las operaciones del Gobierno y las fuerzas ocupantes extranjeras y ataques insurgentes.

Esos documentos, apoyados en estadísticas de la ONU, estiman que mil 798 civiles murieron entre enero y octubre, lo cual supone un 41 por ciento más que igual período de 2007.

El aumento del número de bajas civiles se atribuye al Ejército afgano y las fuerzas invasoras en el país, 695 entre enero y octubre frente a las 556 del mismo período anterior.

Los bombardeos aéreos son responsables del 25 por ciento de todas las víctimas civiles en 2008 y del 63 por ciento de las causadas por las fuerzas progubernamentales", indican los documentos. Sólo en agosto, murieron 330 civiles, más que en cualquier otro mes desde que Estados Unidos y sus aliados invadieron esta nación islámica centroasiática.

Tras condenar los crecientes bombardeos y calificarlos de uso de fuerza desproporcionada y excesiva, la AICHR denuncia las redadas nocturnas agresivas contra las mujeres, niños y ancianos y acciones que violan costumbres tradicionales, cultura y creencias religiosas de la población.

También, advierte que estos métodos y acciones encolerizan a los afganos y critica que los excesos de las fuerzas expedicionarias de Estados Unidos y la OTAN no son investigados ni castigados, así como ni llevan a pedir disculpas o compensar a las poblaciones afectadas.