El trebejista norteamericano, que selló su victoria definitiva en
la segunda partida de la gran final después de un empate inicial
ante su homólogo cubano Yunieski Quesada, titular de la Isla,
batalló hasta la jugada 105 de una Apertura Catalana para concluir
la serie particular entre ambos con marcador de 1.5 por 0.5.
Después de la tablas iniciales, Onischuk tuvo más sangre fría en
los momentos clave y logró ganar un duelo que según los
especialistas debió tener resultado dividido.
Con una desventaja de 20 minutos respecto a su oponente, el
estadounidense de origen ucraniano insistió en evitar la igualada y
aprovechó algunas imprecisiones de su rival para mejorar su
posición.
Yunieski, que según algunos expertos tenía asegurada la igualada
en esta segunda partida, no pudo con la tensión del encuentro y tras
105 movidas, firmó la derrota.
A pesar de caer, el antillano, monarca de la edición del 2003,
tuvo un desempeño acuñado entre signos de admiración con un juego
fresco y creativo que ganó muchos elogios.