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Israel declaró hoy área militar cerrada varias zonas de la Ribera
Occidental para facilitar la labor de un vasto contingente que
desalojó a colonos judíos de un edificio palestino en la ciudad de
Hebrón.
La operación de evacuación de los ultranacionalistas hebreos
ocurrió en medio de fuertes medidas de seguridad y de una violenta
reacción de los desalojados, que lanzaron piedras y otros objetos
contra los soldados y se atrincheraron en las viviendas ocupadas.
Frecuentes disparos se escucharon en esa zona de la ciudad ocupada
donde los hebreos de corriente derechista quemaron carros palestinos,
atacaron a viviendas e hirieron a por lo menos 20 árabes en días
previos como señal de protesta por la que parecía inminente expulsión.
En el corazón de Hebrón viven cientos de judíos, además de unos
seis mil 500 colonos residentes en asentamientos de Kiryat Arba, en
los alrededores de la ciudad.
Tras semanas de tensión, exhortaciones a acatar la ley y hasta
patrullajes de advertencia, las fuerzas de seguridad israelíes dieron
cumplimiento a una sentencia de la Corte Suprema de Justicia, que
ordenó la expulsión de los cerca de 100 habitantes ilegales del
inmueble.
El mandato judicial del 16 de noviembre afectó a esas personas que
habían residido en el edificio desde marzo de 2007 supuestamente
después de comprarlo a su propietario palestino, quien negó esa
versión y reclamó ante las autoridades para tratar de recuperarlo.
Un portavoz castrense dijo que el sector aledaño a la vivienda
había sido declarado zona militar cerrada y prohibió a los israelíes
entrar en las áreas palestinas de Hebrón, una medida previa a la
acción de remoción que se conjugó con negociaciones de último momento.
Según el canal qatarí Al Jazeera, la evacuación del edificio de
Beit Hashalom demoró hora y media, pero las fuerzas israelíes
mantuvieron el resto de la noche un fuerte dispositivo de vigilancia
en los alrededores.
Esa fuente recordó que el ministro de Defensa, Ehud Barak, se había
reunido horas antes con líderes judíos para agotar la opción pacífica
del desalojo, pero los colonos se negaron.
Inmediatamente después del encuentro, Barak ordenó vaciar la
instalación y el bloqueo de los accesos a Hebrón para impedir la
llegada de ultraortodoxos que hace días tomaron las calles para
solidarizarse con los ocupantes ilegales.