.— A poco de terminar un año de
fuerte crisis financiera, extendida a múltiples sectores y a las
principales economías del planeta, Estados Unidos finalmente reconoció
de manera oficial que padece una enfermedad llamada recesión.
La Oficina Nacional de Investigación Económica (NBER, por sus
siglas en inglés) confirmó la noticia que todos sabían desde hace
meses: la economía norteamericana está en recesión desde fines de
2007.
Pese a la opinión tradicional de que un país entra en ese estado
después de sufrir dos trimestres seguidos de contracción del Producto
Interno Bruto (PIB), los especialistas de la entidad tuvieron en
cuenta una serie de indicadores macroeconómicos.
Entre ellos se cuentan el desempleo, que en octubre alcanzó su peor
nivel desde 1994, en un 6,5 por ciento; también la actividad
manufacturera, con 36,2 puntos en noviembre, su peor registro de los
últimos 26 años según el Instituto de Gerentes de Abastecimiento.
Asimismo la baja producción industrial, los ingresos reales,
disminución de las ventas, entre otros parámetros, determinaron la
declaración de crisis.
Algunos economistas consideran que la hecatombe durará por lo menos
hasta finales de 2009 y que será la más grave desde la crisis de
1981-1982. Otros creen, sin embargo, que se trata de la peor coyuntura
desde la Gran Depresión de la década del 30 del pasado siglo, debido a
que, como en aquella ocasión, los efectos llegan a múltiples países.
Según el profesor de economía de la Universidad Internacional de
Florida, Jorge Salazar Carrillo, el reconocimiento se demoró debido al
plan de estímulo ofrecido por el gobierno de George W. Bush a
principios de año, que hizo repuntar un poco los mercados y la
contracción, en pleno auge, no se vio claramente.
Salazar consideró que esto es como darle una medicina a un enfermo
sin saber exactamente qué tiene y resulta que se mejora, pero después
pasa el efecto y se vuelve a empeorar.
Aun así, asesores del presidente electo, Barack Obama, consideran
necesario aplicar otro paquete financiero, estrategia utilizada en más
de una ocasión por el actual mandato y que hasta el momento no ha dado
los resultados previstos.
La nueva iniciativa, que será discutida a partir del 6 de enero de
2009, incluiría recortes de impuestos, creación de empleos,
inversiones en la infraestructura del país y en fuentes energéticas
renovables.
Por ahora, el posible monto es desconocido, aunque fuentes
legislativas creen que puede ascender a 500 mil millones de dólares.
El mismo día en que se propagó la noticia oficial en la potencia
del norte, también la Organización de las Naciones Unidas (ONU)
advirtió que la economía mundial está próxima a una profunda recesión.
Esto ocurrirá casi inevitablemente si las políticas monetarias en
los diferentes países no logran subsanar la crisis crediticia y
restaurar la confianza en los siguientes meses, señaló el informe.
Recientemente, importantes naciones se han declarado en crisis,
entre ellos Alemania, la primera potencia europea y tercera del mundo,
y Japón, el segundo mercado del orbe.
También Irlanda, Italia, Dinamarca, Singapur, Nueva Zelanda Suecia,
Canadá y el grupo de países de la Eurozona, mientras algunos se
encuentran próximos a la desaceleración sostenida.