La Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) presenta hoy aquí al
presidente boliviano, Evo Morales, las conclusiones de su
investigación sobre la masacre de campesinos del 11 de septiembre
último en el departamento de Pando.
Aunque la entrega oficial tendrá lugar este miércoles en el
Palacio de Gobierno, la opinión pública doméstica y la comunidad
internacional conocen ya que la comisión designada por el bloque
regional para estudiar el caso ratificó la ocurrencia de una matanza
y demandó justicia.
Según declaraciones del abogado argentino y jefe de las
pesquisas, Rodolfo Mattarollo, resulta indudable la participación de
autoridades locales como el ex prefecto y ahora detenido Leopoldo
Fernández en el crimen de lesa humanidad sellado con saldo de 18
muertos y decenas de heridos y desaparecidos.
Junto al reclamo de acciones legales contra los involucrados, el
investigador criticó la incapacidad de la justicia boliviana para
procesar a autores de delitos.
Tales reproches coinciden con criterios de funcionarios del
ejecutivo de este país andino, quienes denuncian la corrupción del
poder judicial y su subordinación a la extrema derecha.
La comisión de UNASUR, integrada por forenses, peritos en
balística y otros expertos, visitó el lugar de los hechos (el
pandino poblado de Porvenir) y entrevistó a víctimas, testigos e
implicados en los mismos.
De acuerdo con miembros del grupo multinacional ejecutor de las
pesquisas, sus actuaciones fueron transparentes y únicamente
comprometidas con la verdad.
Sectores radicales de la oposición fustigaron las investigaciones
de UNASUR por considerarlas parcializadas con el gobierno boliviano.