¿McGwire honra a la excelencia?

ALFONSO NACIANCENO
alfonso.gng@granma.cip.cu

Salió a la luz pública en Estados Unidos la lista de los peloteros profesionales propuestos para engrosar el Salón de la Fama y Museo del béisbol norteamericano y mundial, radicado en la pequeña ciudad de Cooperstown, Nueva York.

No estoy aquí para hablar del pasado, dijo al declarar ante el panel del Congreso.

Hablamos de una entidad semioficial, que realizó su primera elección en 1936 y fue finalmente establecida el 12 de junio de 1939 con el interés de atraer a los turistas hacia ese lugar, muy castigado por los efectos de la crisis económica desatada en 1929 y la Ley seca.

La empresa Singer, fabricante de máquinas de coser, aportó dinero para la creación del centro, al que son exaltados jugadores, mentores de equipos, árbitros y dirigentes, seleccionados por el voto de la Asociación de Escritores de Béisbol de América (BBWA, siglas en inglés) y por un Comité de Veteranos.

Al conocerse la relación de los beisbolistas que el próximo enero intentarán acceder al Salón, ya algunos medios de comunicación de EE.UU. han comenzado a halar la brasa hacia el lado de Mark McGwire, azuzando los ánimos entre la fanaticada estadounidense y latinoamericana.

Enmarañado en los escándalos de consumo de esteroides, el otrora jonronero y primera base de los Atléticos de Oakland y de los Cardenales de San Luis, cuando fue llamado a declarar ante un panel del Congreso de su país, negó haberse dopado, y afirmó: "No estoy aquí para hablar del pasado".

Si el espíritu del Salón de la Fama aboga por "Preservar la historia, honrar la excelencia y conectar generaciones", ¿es honesto insistir en llevar nuevamente como candidato a McGwire? ¿A qué excelencia aluden de cara a un hombre signado por el fraude?

Imaginan ustedes qué sucedería si a la velocista Marion Jones le otorgaran el perdón de la justicia y le devolvieran las medallas olímpicas que le fueron retiradas después de comprobarse su empleo de sustancias prohibidas y los chanchullos con cuentas bancarias. Los deportistas son símbolos de la sociedad y si se habla de "conectar generaciones", sus hazañas han de trascender del pasado al presente a manera de ejemplo imperecedero.

¿Cuál es el mensaje de McGwire para quienes asumen el deporte como una alternativa de vida sana? ¿Qué buscan sus defensores? ¿Estarán de acuerdo con su postulación los que entraron al Salón de la Fama sin la mácula del dopaje?

En el escrutinio precedente, el ex pelotero alcanzó solo el 20% de los votos, en tanto para ser aceptado debe reunir el 75%. Ya han salido a opinar a su favor quienes sugieren la posibilidad de un indulto atendiendo, únicamente, a los números acumulados en su historia, sin reparar en consideraciones éticas y morales.

También queda en tela de juicio el papel del comité que designa a los elegibles al Salón, porque aunque McGwire cumpla los requisitos de haber jugado más de 10 años en las ligas mayores y sobrepasar los cinco de estar retirado, sus seguidores, si son algo más que fanáticos, deben sentirse muy defraudados.

 

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