Hablamos de una entidad semioficial, que realizó su primera
elección en 1936 y fue finalmente establecida el 12 de junio de 1939
con el interés de atraer a los turistas hacia ese lugar, muy
castigado por los efectos de la crisis económica desatada en 1929 y
la Ley seca.
La empresa Singer, fabricante de máquinas de coser, aportó dinero
para la creación del centro, al que son exaltados jugadores,
mentores de equipos, árbitros y dirigentes, seleccionados por el
voto de la Asociación de Escritores de Béisbol de América (BBWA,
siglas en inglés) y por un Comité de Veteranos.
Al conocerse la relación de los beisbolistas que el próximo enero
intentarán acceder al Salón, ya algunos medios de comunicación de
EE.UU. han comenzado a halar la brasa hacia el lado de Mark McGwire,
azuzando los ánimos entre la fanaticada estadounidense y
latinoamericana.
Enmarañado en los escándalos de consumo de esteroides, el otrora
jonronero y primera base de los Atléticos de Oakland y de los
Cardenales de San Luis, cuando fue llamado a declarar ante un panel
del Congreso de su país, negó haberse dopado, y afirmó: "No estoy
aquí para hablar del pasado".
Si el espíritu del Salón de la Fama aboga por "Preservar la
historia, honrar la excelencia y conectar generaciones", ¿es honesto
insistir en llevar nuevamente como candidato a McGwire? ¿A qué
excelencia aluden de cara a un hombre signado por el fraude?
Imaginan ustedes qué sucedería si a la velocista Marion Jones le
otorgaran el perdón de la justicia y le devolvieran las medallas
olímpicas que le fueron retiradas después de comprobarse su empleo
de sustancias prohibidas y los chanchullos con cuentas bancarias.
Los deportistas son símbolos de la sociedad y si se habla de
"conectar generaciones", sus hazañas han de trascender del pasado al
presente a manera de ejemplo imperecedero.
¿Cuál es el mensaje de McGwire para quienes asumen el deporte
como una alternativa de vida sana? ¿Qué buscan sus defensores?
¿Estarán de acuerdo con su postulación los que entraron al Salón de
la Fama sin la mácula del dopaje?
En el escrutinio precedente, el ex pelotero alcanzó solo el 20%
de los votos, en tanto para ser aceptado debe reunir el 75%. Ya han
salido a opinar a su favor quienes sugieren la posibilidad de un
indulto atendiendo, únicamente, a los números acumulados en su
historia, sin reparar en consideraciones éticas y morales.
También queda en tela de juicio el papel del comité que designa a
los elegibles al Salón, porque aunque McGwire cumpla los requisitos
de haber jugado más de 10 años en las ligas mayores y sobrepasar los
cinco de estar retirado, sus seguidores, si son algo más que
fanáticos, deben sentirse muy defraudados.