Por aquellos días del año 1963, en el país tenía lugar una
fecunda y necesaria actividad en la creación de la vanguardia
política. Las Compañías Serranas de las zonas montañosas de la
antigua provincia de Oriente serían el antecedente inmediato para el
inicio de la fundación del Partido en la institución armada.
En las unidades serranas, devenidas entonces organizaciones
político-militares, existían las condiciones para la formación del
Partido por su composición de clase, debido a que aproximadamente el
50% de los combatientes serranos eran obreros agrícolas y el resto
semiproletarios, campesinos pobres y empleados del Estado.
Aquella experiencia, junto a la alcanzada en centros laborales
del país compuestos por un alto número de obreros, sirvió de base
para la creación del Partido en las FAR, tarea ejecutada por un
destacamento de unos 170 instructores políticos seleccionados de las
propias Fuerzas Armadas, organizado en comisiones, en las que
participaron también otros oficiales, dirigentes militares y
políticos.
La Unidad Militar 1370 (antigua 56 división de infantería) del
Ejército de Oriente, resultó seleccionada para el comienzo de aquel
importante proceso político, resumido el 17 de diciembre de 1963,
por el entonces Comandante y Ministro de las FAR, Raúl Castro Ruz.
Un alto por ciento de los integrantes de aquella gran unidad, en
esa memorable mañana conclusiva, recibieron el carné de militantes
del Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba (PURSC); en su
mayoría eran bisoños soldados, cabos, sargentos y oficiales que no
rebasaban los 20 años de edad.
Contrariamente al método sectario empleado en los primeros años
durante la creación de las Organizaciones Revolucionarias Integradas
(ORI), criticado oportunamente por Fidel, la construcción del
Partido se realizó mediante la selección y consulta a las masas,
línea trazada por el máximo líder de la Revolución, devenida en una
experiencia autóctona.
Tal como expresara el hoy General de Ejército Raúl Castro Ruz,
para cumplir esa encomienda de la Dirección Nacional del PURSC "nos
basamos en las orientaciones de nuestro Comandante en Jefe de
aplicar la línea de masas como método consecuente y revolucionario
para la construcción de la vanguardia política de los
revolucionarios cubanos".
La materialización de esa tarea comprendía varios pasos: las
asambleas de masas en las que se elegían los combatientes
ejemplares, quienes junto a los jefes y oficiales constituían la
cantera selectiva para el ingreso a las filas del Partido; las
entrevistas individuales; las reuniones de crítica y autocrítica; la
evaluación de cada caso por una comisión; la presentación final ante
las masas, y, por último, la constitución de la organización de
base.
A partir de las primeras experiencias, aquel amplio y vigoroso
proceso se extendió desde el oriente hasta el occidente del país y
comprendió a todos los Ejércitos y tipos de Fuerza Armada, a las
unidades del Alto Mando, a los Centros de Enseñanza Militar y a los
Órganos de Dirección del MINFAR.
De tal modo, a finales del año 1966, en lo esencial había
concluido la construcción del Partido en la institución armada. Sus
resultados tuvieron significativa influencia y contribuyeron a la
elevación de los niveles de disposición y preparación combativas de
los órganos de mando y las unidades, al dominio y estado de la
técnica, al fortalecimiento y consolidación de la disciplina
militar, a la creciente conciencia y al alto estado político y moral
de las tropas.
Al tiempo que se desarrolló la formación del Partido en las FAR,
entre los años 1964 y 1967 se creó la Unión de Jóvenes Comunistas,
iniciándose su construcción en el glorioso Batallón de la Frontera.
La organización política de los jóvenes ha sido la reserva del
Partido y la cantera principal que nutre sus filas.
El volumen y las complejidades de las tareas y el incremento de
las exigencias de la defensa, el desarrollo y el imperativo de
integrar y hacer más eficaz la orientación y dirección del trabajo
político, del Partido y de la UJC, la labor de propaganda y cultura
en la institución, dieron paso a la formación de los organismos
políticos, el primero de ellos nacido precisamente el 17 de
diciembre de 1963, en ocasión de concluir el proceso en la primera
unidad regular de las FAR.
Bajo los principios del centralismo democrático, la vida
partidista se ha enriquecido y hecho cada vez más influyente a lo
largo de estos años. La existencia del Partido no ha reñido, en modo
alguno, con los principios del mando único y la disciplina militar;
por el contrario, la presencia de la vanguardia política ha
contribuido a fortalecer la autoridad de los jefes y elevar la
capacidad para el cumplimiento de las más diversas misiones.
Como expuso Fidel en la maniobra militar en ocasión del vigésimo
aniversario de las FAR, el verdadero soldado depende de dos cosas:
del alma y del arma. Precisamente, a la creación de la conciencia
revolucionaria ha estado vinculado decisivamente el trabajo del
Partido.
En los resultados de las tareas y misiones cumplidas por las
Fuerzas Armadas Revolucionarias, de orden militar, económico y
social, incluidas las gloriosas misiones internacionalistas, se ha
hecho presente el trabajo del Partido y de sus aguerridos
militantes, entre los cuales forman parte aproximadamente el 70% de
la oficialidad y la totalidad de los primeros oficiales y oficiales
superiores.
El Partido nació, creció y se forjó en los tiempos y condiciones
más difíciles. Particularmente sus filas se han enriquecido en
número y vivencias desde el inicio del periodo especial hasta hoy.
En los días más recientes están las imágenes imborrables de la
participación activa de los jefes y combatientes de las FAR en el
enfrentamiento y la recuperación de los cuantiosos daños ocasionados
por los huracanes que azotaron el país.
La creación y el desarrollo de la vanguardia política en esta
institución, desde su construcción hasta hoy, está indisolublemente
relacionada con el Primer y Segundo Secretarios del Comité Central.
Raúl, con particular atención orientó, dirigió y siguió el proceso
de construcción del Partido, encabezó las Reuniones de Secretarios y
las Conferencias que sistemáticamente se realizaron para evaluar
exhaustiva y críticamente la labor realizada en estos años. Fidel y
Raúl, con su magisterio, han sido los más constantes orientadores
del trabajo político y partidista en las FAR.
Aun cuando no han faltado insuficiencias y fallas en el
aprendizaje, en la búsqueda de experiencias y en la lucha por
perfeccionarse a sí mismo, el Partido en las FAR ha cumplido con
dedicación la misión encomendada y ha sido consecuente con las
directrices trazadas por la dirección política del país.
Más allá de un proceso histórico nacido hace cuatro décadas y
media, aquel hecho tendría una trascendencia vital en las Fuerzas
Armadas Revolucionarias.
Este nuevo aniversario es ocasión para el compromiso renovado. El
Partido es y continuará siendo pupila insomne y fuerza pujante para
coadyuvar al empleo racional de los recursos, al ahorro, la
eficiencia en todos los órdenes de la vida de las FAR; para
contribuir al mantenimiento de la capacidad combativa, a la forja de
los jefes y combatientes, representantes genuinos del pueblo en la
salvaguarda de la Patria y el Socialismo en nuestro país.