Vigentes las centenarias Tumbas Francesas

YAIMARA VILLAVERDE MARCÉ

La proyección actual de las centenarias Tumbas Francesas centró hoy los debates del XIII Simposio sobre el Patrimonio de los Pueblos del Caribe, que se celebra hasta el jueves próximo en esta ciudad cubana.

Los salones de la Plaza de la Revolución Mariana Grajales acogen el evento teórico que en esta primera jornada contó con la participación de instrumentistas y bailarines integrantes de la Tumba Francesa de Guantánamo, e investigadores de esa expresión músico-danzaria cubana.

José Cuenca, director del Centro de Información y Documentación Musical Rafael Inciarte, estuvo a cargo del coloquio y destacó la importancia de esa reliquia del folklore nacida en los cafetales del oriente de la Isla, preservadora de una cultura heredada por nativos e inmigrantes.

Tumba es voz conga que significa fiesta ruidosa de tambores.

En sus orígenes estos jolgorios eran celebrados por negros y mulatos que imitaban danzas de las cortes francesas, pero al toque de instrumentos africanos.

En la provincia de Guantánamo pervive, tras más un de siglo de existencia, la Pompadour-Santa Catalina de Ricci, uno de los principales exponentes de esas sociedades artísticas, reconocidas como Primera Obra Maestra Cubana del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad.

Esa distinción avala el prestigio y la integridad de este colectivo, que desde su fundación, el 30 de noviembre de 1902, desafía nuevos cánones bailables y mantiene inalterable su proyección.

Al igual que sus similares en Santiago de Cuba y Holguín, la Tumba Francesa de la Villa del Guaso resulta del proceso de transculturación derivado de las migraciones hacia Cuba de colonos franceses y sus dotaciones de esclavos, luego de la Revolución de Haití, de fines del siglo XVIII. (AIN)

 

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