.—
Artistas de todos los géneros llegan a París para ser bendecidos o
condenados, pero pocos desechan la oportunidad de venir a la
catedral de la cultura mundial: Omara Portuondo arriba con un
sencillo Gracias y la calidez de su voz.
Se presenta esta semana en el antológico escenario de Folies
Bergeres, después de su éxito en gira por España, donde volvió a
cautivar con su voz de diva del Buena Vista Social Club.
Cubana, del barrio Cayo Hueso de La Habana. Llegó a la Ciudad Luz
rodeada de lisonjas. Radio Francia Internacional le dedicó varios
espacios, incluyendo varias de sus canciones más emblemáticas.
No diremos su edad, porque Omara Portuondo parece eterna. Sólo
diremos que comenzó su trayectoria en la década de 1950 y que 60
años después ofrece un disco modestamente titulado Gracias, para
celebrar una muy bella carrera, comentó el diario Le Fígaro.
La Grande Dame, como la llaman también en Francia, tiene la rara
virtud de la unanimidad en este país, que parece sentir mejor que
nunca el idioma español con la voz que trae ahora textos de Silvio
Rodríguez, Pablo Milanés, Chico Buarque, Jorge Drexler ( ).
Con fotos en primera página y una entrevista interior, la popular
revista A nous París, le rinde homenaje con una batería de preguntas
marcadas por la admiración y el respeto hacia quien considera La
grande voix de Cuba (La gran voz de Cuba). Curiosamente aterriza con
el frío invierno parisino una semana más tarde que Jesús "Chucho"
Valdés, su admirado amigo que fue capaz de dejar hirviendo a la
reputada Salle Pleyel, la catedral de los conciertos de Francia.
Yo vi, Adiós felicidad, O qué será, Vuela pena, Cuento para un
niño, Ámame como soy, Cachita, Rabo de nube, Gracias, Nuestro gran
amor, Lo que me queda por vivir y Drume negrita, exquisita síntesis
del cancionero latinoamericano para los timbres de Omara Portuondo.