Cuba en el mundo

A ocho años del Convenio Integral de Colaboración Cuba-Venezuela

Solidaridad que cura

ELSON CONCEPCIÓN PÉREZ
elson.cp@granma.cip.cu

Fue el 30 de octubre del año 2000. En el salón Ayacucho, del Palacio Miraflores, en Caracas, los presidentes de Cuba y Venezuela, Fidel Castro y Hugo Chávez, firmaron un histórico documento: el Convenio Integral de Colaboración entre ambos países.

La Pradera es la casa de la solidaridad con pacientes y acompañantes venezolanos.

Exactamente un mes después —el 30 de noviembre— arribaba al aeropuerto de la capital cubana una nave aérea de la Presidencia de la República Bolivariana con el primer grupo de 46 pacientes y sus acompañantes, para recibir atención médica en las más variadas enfermedades.

La mayoría sabían de la Isla solo por informaciones de la televisión privada de su país, bastante desinformadora de la realidad en el nuestro.

Tampoco habían montado en un avión y algunos ni siquiera conocían Caracas. Pertenecen, como todos los beneficiados por este modelo solidario, a las capas más humildes de la población venezolana.

Sus testimonios siempre han sido elocuentes: carecían del dinero —muchas veces cifras millonarias de bolívares— para poder ser sometidos a exámenes médicos, intervenidos quirúrgicamente, rehabilitados con las más modernas técnicas, o sometidos a trasplantes de médula o a operaciones de la vista.

Decenas han venido en sillas de ruedas y tras una atención personalizada han regresado caminando. Otros —no pocos— han "visto la vida" luego de recuperar su visión. Todos se llevan en sus corazones un pedacito de esa palabra tan necesaria: la solidaridad que cura.

En la consecución de tales empeños, el Centro Internacional de Salud La Pradera ha sido una verdadera casa familiar para pacientes y acompañantes. Desde que abrió sus puertas y médicos, enfermeras, técnicos y demás trabajadores hicieran lo mismo con sus corazones, fue en nombre del humanismo de la Revolución cubana. Y así se ha cumplido hasta hoy.

En estos ocho años se han atendido 19 476 pacientes, que han viajado con 15 734 acompañantes. A los primeros, luego de realizado el diagnóstico, se les ha sometido a estudios, operaciones y tratamientos en más de 50 centros hospitalarios del país; así como en instalaciones hoteleras que se han puesto también al servicio de la solidaridad.

Los pacientes remitidos a Cuba vienen de todos los estados venezolanos, tanto de los cerros de la capital como de los más intrincados parajes de Amazonas, Táchira o Yaracuí.

En estos años del Convenio, en los hospitales cubanos se les han practicado un total de 7 827 intervenciones quirúrgicas, entre ellas 511 cirugías cardiovasculares de diferente complejidad en niños y adultos, 204 trasplantes de córnea, 11 de médula, 12 de riñón y 5 de músculos.

EPÍLOGO

Aunque una obra de solidaridad humana como esta es imposible resumirla en unas pocas líneas, escogí al azar algunos de los testimonios de pacientes, acompañantes o visitantes venezolanos que han estado en La Pradera.

Aquí los resumo:

—"¼ llevo en mi corazón el más impactante pasaje de lo que hace el pueblo cubano. Estoy eternamente agradecido por la atención que aquí se brinda a tan humildes pacientes."

—"No puedo menos que maravillarme del grado de humanidad y profesionalidad con que se trata a los pacientes. La palabra exacta es con cariño."

—"La Pradera ofrece una familia sustituta, compuesta por médicos, enfermeras, técnicos y personal de asistencia."

Es la casa de la solidaridad que cura.

 

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