Según un agente del Servicio Secreto, Barack Obama "invita una
amenaza de tipo diferente" a todos sus antecesores, "una que
proviene más de la ira de los locos domésticos y tal vez menos de
los fanáticos extranjeros", comentó al New York Daily News.
El Servicio Secreto siempre ha estado encargado, entre otras
tareas, de proteger la vida del presidente y su familia,
identificando amenazas potenciales tanto en el extranjero como en el
interior. Vale recordar que aunque se supone y se especula sobre
posibles complots internacionales contra los presidentes de este
país, todos los atentados actuales en la historia han sido a manos
de estadounidenses (desde el asesinato de Abraham Lincoln hasta el
más reciente, el atentado contra Ronald Reagan).
Sin embargo, Obama, por ser afroestadounidense, ya ha visto
amenazas que nunca padecieron los 43 presidentes que ha tenido este
país. De hecho, fue el candidato presidencial (y su familia) a quien
más temprano en una contienda electoral se le otorgó protección del
Servicio Secreto, desde mayo del 2007, como resultado de amenazas de
muerte por parte de "supremacistas" blancos. Durante su campaña se
descubrieron por lo menos dos complots con el objetivo de
asesinarlo, aunque ninguno de ellos había elaborado más que la
intención, según fuentes de seguridad pública.
Y es que a pesar del carácter histórico de la elección del primer
afroestadounidense como presidente y el torrente de comentarios de
cómo eso implicaba que en gran medida este país había superado, o
por lo menos había roto, la barrera racial, la elección no implica
que el racismo ha desaparecido en este país.
Desde los comicios se han registrado cientos de incidentes,
algunos criminales, que expresan ese racismo a lo largo y ancho del
país, reporta el Southern Poverty Law Center, el cual monitoreó
delitos de odio y actividades de agrupaciones racistas.
Entre los ejemplos registrados se reporta que estudiantes de
segundo y tercero de primaria en un autobús escolar coreaban
"asesina a Obama" en Rexburg, Idaho; en una tienda de abarrotes en
Maine, había un concurso de apuestas por un dólar para atinar a la
fecha en que sería asesinado Obama, y bajo el anuncio decía "ojalá
alguien gane", cruces se han quemado frente a casas de simpatizantes
de Obama en un par de estados (el símbolo racista del Ku Klux Klan,
entre otros); se han dejado mensajes de amenazas o expresiones
racistas contra otros simpatizantes, incluidas universidades; hay
grafitis racistas con referencias al presidente electo, se reportan
conversaciones con todo tipo de referencias racistas en cafés,
escuelas, en las calles y más, reportan organizaciones de derechos
civiles y medios.
Aquí en Nueva York, la noche en que Obama ganó la elección varios
hombres blancos en Staten Island (una de las cinco secciones que
conforman esta ciudad) detuvieron su automóvil y golpearon con un
bate de béisbol al grito de "Obama" a un joven negro de 17 años que
caminaba hacia su casa, y después huyeron.
De hecho, algunos consideran que la retórica empleada por la
fórmula electoral republicana de John McCain, y especialmente de
Sarah Palin, nutrieron el ambiente para estas expresiones de odio.
Varios recuerdan que mientras McCain y de manera más explícita,
Palin, acusaban a Obama de tener relaciones sospechosas con
"terroristas" domésticos y cuestionaban si no era alguien con "una
visión diferente" de Estados Unidos que todos los demás,
calificándolo de "socialista" y más, se repetía en varios eventos de
la campaña que se escuchaba un coro de "mátenlo" o "terrorista" de
los simpatizantes republicanos. Según reportaron Newsweek y el
rotativo británico Telegraph hace unas semanas, el Servicio Secreto
advirtió a la familia Obama a mediados de octubre que habían
registrado un incremento dramático en el número de amenazas contra
el candidato demócrata aparentemente coincidiendo con los ataques
verbales de Palin.
La agencia privada de análisis sobre asuntos de seguridad e
inteligencia Stratfor advirtió que Obama es un objetivo de alto
riesgo para pistoleros racistas, al señalar que "dos complots para
asesinar a Obama fueron interrumpidos durante la temporada de la
campaña, y muchos más permanecen bajo investigación. Esperaríamos
que las autoridades federales descubran muchos más complots, para
atacar al presidente, que han sido elaborados por ideólogos de la
supremacía blanca".
Mark Potok, director del Proyecto sobre Inteligencia del Southern
Poverty Law Center explicó a la agencia AP que "hay un amplio
subsector de gente blanca en este país que siente que está perdiendo
todo lo que conoce, que de alguna manera se le ha robado el país
construido por sus antepasados". Con la elección de Obama hay muchos
que admiten que para ellos esta elección marca el fin de su mundo.
Mientras el gobierno saliente no se ha cansado de repetir que el
"enemigo" está amenazando a Estados Unidos desde afuera, resulta que
hay un enemigo histórico aquí adentro, que nació y se crió aquí, y
que es tan estadounidense como la bandera y está dispuesto a
amenazar la vida del presidente electo de EE.UU., y que aun después
de esta histórica elección, está a la vista por todo el país.
(Tomado de Rebelión)