Los nombres de las columnas resultaban particularmente
entrañables en la vasta provincia: a la número 11, Cándido González,
que fuera emboscada y masacrada poco antes en Pino Tres y La
Caobita, se unía, por decisión de Fidel, la número 13, con una
denominación más que adecuada para fortalecer el espíritu de los
combatientes: Ignacio Agramonte.
El Comandante en Jefe fue terminante: la nueva fuerza no podría
desplazarse en vehículos, para evitar a toda costa repetir
lamentables pérdidas, y debía extremar las medidas de seguridad
establecidas para el avance.
Estaban frescas todavía, en los terrenos pantanosos del Sur del
territorio, las huellas gloriosas de Camilo y Che con sus columnas,
pero la Revolución debía también permanecer y consolidarse en la
tierra de Las Guásimas, Jimaguayú y La Sacra.
Pese a que el importante refuerzo entró a tierra agramontina el 3
de noviembre, se ha establecido como fecha oficial de nacimiento del
Frente Camagüey el 18 de noviembre de 1958, de manera que hoy se
cumplen 50 años del hecho.
El Frente nació para dirigir las acciones del movimiento
clandestino, aplicar la justicia revolucionaria e impedir el paso de
fuerzas batistianas hacia el Oriente cubano.
Con la cooperación del Movimiento 26 de Julio y de otras fuerzas
revolucionarias, el mando rebelde, que llegó a controlar alrededor
de un tercio del territorio de la inmensa provincia, demostró un
alto nivel organizativo. Bajo la dirección del Frente se crearon
servicios médicos, milicias campesinas, un sistema de aseguramiento
de los suministros y hasta una escuela de reclutas.
En San Miguel, Florencia y Sierra de Cubitas fueron instaladas
plantas radiales que comunicaban esos puntos con la comandancia del
Frente y a esta con la Sierra Maestra.
El Frente Camagüey cumplió su misión de multiplicar la lucha
revolucionaria. La toma de Lombillo y del aeropuerto del central
Francisco, el combate en San Miguel del Junco, y el ataque a Manatí
se cuentan entre sus acciones principales, a las que se unió el
asalto al carro celular para rescatar revolucionarios prisioneros en
la ciudad de Camagüey, ejecutado por los luchadores clandestinos
como fuerza complementaria.
Casi un centenar de combatientes clandestinos y más de 40
rebeldes cayeron en el Camagüey de entonces por el Camagüey de hoy.