Frente de Camagüey cumplió su misión

Enrique Milanés León

Los nombres de las columnas resultaban particularmente entrañables en la vasta provincia: a la número 11, Cándido González, que fuera emboscada y masacrada poco antes en Pino Tres y La Caobita, se unía, por decisión de Fidel, la número 13, con una denominación más que adecuada para fortalecer el espíritu de los combatientes: Ignacio Agramonte.

Rebeldes de la Columna 13 Ignacio Agramonte en San Miguel del Junco, Camagüey.

El Comandante en Jefe fue terminante: la nueva fuerza no podría desplazarse en vehículos, para evitar a toda costa repetir lamentables pérdidas, y debía extremar las medidas de seguridad establecidas para el avance.

Estaban frescas todavía, en los terrenos pantanosos del Sur del territorio, las huellas gloriosas de Camilo y Che con sus columnas, pero la Revolución debía también permanecer y consolidarse en la tierra de Las Guásimas, Jimaguayú y La Sacra.

Pese a que el importante refuerzo entró a tierra agramontina el 3 de noviembre, se ha establecido como fecha oficial de nacimiento del Frente Camagüey el 18 de noviembre de 1958, de manera que hoy se cumplen 50 años del hecho.

El Frente nació para dirigir las acciones del movimiento clandestino, aplicar la justicia revolucionaria e impedir el paso de fuerzas batistianas hacia el Oriente cubano.

Con la cooperación del Movimiento 26 de Julio y de otras fuerzas revolucionarias, el mando rebelde, que llegó a controlar alrededor de un tercio del territorio de la inmensa provincia, demostró un alto nivel organizativo. Bajo la dirección del Frente se crearon servicios médicos, milicias campesinas, un sistema de aseguramiento de los suministros y hasta una escuela de reclutas.

En San Miguel, Florencia y Sierra de Cubitas fueron instaladas plantas radiales que comunicaban esos puntos con la comandancia del Frente y a esta con la Sierra Maestra.

El Frente Camagüey cumplió su misión de multiplicar la lucha revolucionaria. La toma de Lombillo y del aeropuerto del central Francisco, el combate en San Miguel del Junco, y el ataque a Manatí se cuentan entre sus acciones principales, a las que se unió el asalto al carro celular para rescatar revolucionarios prisioneros en la ciudad de Camagüey, ejecutado por los luchadores clandestinos como fuerza complementaria.

Casi un centenar de combatientes clandestinos y más de 40 rebeldes cayeron en el Camagüey de entonces por el Camagüey de hoy.

 

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