Fiscales y jueces militares

Formación de ley

KATIA SIBERIA GARCÍA

Alegnis no recuerda el día en que quiso ser fiscal, pero un lustro después de haber iniciado sus estudios confiesa que esa debe haber sido una fecha definitiva en su vida.

Foto: Ricardo López heviaPropósito permanente de la institución es graduar juristas bien preparados.

Ahora piensa más en la lucidez de sus criterios que en cómo lucirá en el estrado. No llevará toga, sin embargo, el verde de su uniforme le impone una disciplina que habrá de conservar con el estricto cumplimiento que en sus jornadas de cadete llega a ser tan normal que apenas percibe.

Como ella, los futuros fiscales y jueces crecen en la Escuela Militar Superior Comandante Arides Estévez Sánchez, una de las universidades de las FAR. En sus aulas e instalaciones repasan libros, legislaciones... aprenden la mejor de las estrategias: la justicia precisa conocimiento. Y sin diseñar meticulosamente sus tácticas, estudian el Derecho, practican deportes, desarrollan su ideología y empuñan el fusil.

Hoy la legalidad se les presenta en teoría: mañana será práctica constante. Por eso en la universidad militar se perfecciona una enseñanza que durante 45 años ha procurado formar juristas de probada profesionalidad.

¿Cómo hacer el bien?

La contesta a esta interrogante podría parecer muy sencilla para una estudiante de 5to año, a punto de presentarse como fiscal militar; pero tratándose de la cadete Alegnis Reyes Sifontes la respuesta adquiere un aire catedrático.

Una clase también es válida fuera del aula.

"Durante la carrera nos resulta muy útil la asignatura de Derecho Procesal Penal, pues en ella nos enseñan cómo ejercer la acción penal. Esa materia es la base de nuestro aprendizaje porque vemos las funciones del fiscal militar y es ahí, precisamente, donde nos desempeñaremos".

El fiscal debe investigar, hacer un informe oral conclusivo y proponer una sanción teniendo en cuenta los hechos probados. Luego el tribunal decide la sanción, a partir de lo establecido en la legislación cubana, aclara Alegnis.

Hay que estudiar mucho, incluso, hasta la posición de las víctimas, ya que analizamos el proceso desde todos los puntos de vista. La escuela, continúa la cadete, enseña cómo hacerlo y nos prepara intensamente, pues el fiscal representa al Estado y nos debemos a una ética.

Mientras llega la oportunidad de ejercer, los alumnos se adiestran en órganos de la Fiscalía y los Tribunales. Esa experiencia acelera su formación, pero aun en tales circunstancias se extreman las precauciones. El juez tiene una alta responsabilidad, y aunque las decisiones son colegiadas, él lleva en sí un gran peso. Por eso, aclara la teniente coronel Yamila Reina López, profesora de Derecho Penal, una vez graduados, los jueces no irán a los tribunales; primero deberán laborar algún tiempo como fiscales.

Más allá del enfrentamiento al delito, los futuros juristas militares deben mirar hacia la prevención, hacia la educación jurídica. Nuevamente se impone el conocimiento, en tanto controlar la legalidad, implica conocerla.

Una justa decisión exige de estos futuros oficiales elevada dedicación. Y a pesar de que el ejemplo y el respeto les allanan el camino, no quedan libres de tropiezos.

La libertad de una persona es su vida, aun cuando creamos en la justeza de la medida, sabemos que ocasionamos disgusto en sus familiares. Pero el profesional debe garantizar el buen desenvolvimiento de las instituciones armadas y de la sociedad que algunos delitos ponen en riesgo, comenta la teniente coronel Yamila. "Si uno investiga bien, está convencido de la gravedad del hecho, no debe surgir duda, debe imponerse la ley".

Cuando los cadetes de la Escuela Militar Superior Comandante Arides Estévez Sánchez puedan vivir ese momento decisivo, serán también juzgados por los profesores que hoy les enseñan la mejor manera de ejercer su profesión.

 

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