Orlando
Valle, Maraca, posee el don de la ubicuidad musical. De la salsa al
jazz y del jazz a los sonidos tradicionales de su tierra, este
flautista, compositor y director de banda ha apuntalado su ya
conquistada jerarquía en esos ámbitos a lo largo de un itinerario
que en los últimos meses lo ha llevado a plazas de Francia,
Finlandia, Lituania, Alemania y Estados Unidos.
En este último país la mayor confirmación provino de su
participación en el reconocido festival de Monterey (localidad a
unos 250 kilómetros al sur de San Francisco, no confundir con la
mexicana Monterrey), donde integró una formación estelar, integrada
por Giovanni Hidalgo en las tumbadoras (quien, por cierto, rindió
homenaje al mítico Tata Güines), Horacio Hernández en la batería,
John Benítez en el bajo, los saxofonistas David Sánchez y Miguel
Zenón, el pianista Ed Simon y el tecladista Murray Low, que en
varios momentos estuvo acompañada por la Orquesta de Cámara de
Monterey.
Al crítico Forrest Dylan Bryant le llamó poderosamente la
atención la conjunción de Sánchez y Maraca en la pieza Serenata,
y remarcó cómo el discurso solista de este "tocó el corazón con una
suave y fugaz caricia, como el de las alas de una mariposa o el
suspiro de un amante".
Por esos días la página de espectáculos del semanario LA Weekly
recordaba que nuestro músico era líder de una banda que en su más
reciente producción discográfica Lo que quiero es fiesta
(sello Ahí na’má) anticipaba "un explosivo resultado". La nota
refería cómo Maraca "mezclaba influencias contemporáneas con la
profunda tradición cubana que él domina a través de la guajira, la
descarga, la timba, el son y la rumba, todo ello con deslumbrante
habilidad y arreglos exquisitamente facturados".
Otro hito significativo quedó marcado a su paso por Boulder,
Colorado. Según cuenta Arturo Márquez, director musical de la
radioemisora KUVO, de Denver, Maraca mantuvo en vilo al auditorio
por más de dos horas. El público lo conminó a extenderse luego otros
15 minutos. "Yo había estado —confesó Márquez— en muchos conciertos
en el Boulder Theatre, pero nunca vi tanta gente".
Poco después, en Alaska, el público descubriría sus virtudes y
manifestó el deseo de poder ver, más temprano que tarde, a la
totalidad de la banda del músico cubano.
Con estos truenos los aficionados cubanos pueden hacerse una idea
de lo que va a pasar el próximo 29 de noviembre en el teatro Amadeo
Roldán. Allí estará Maraca con su orquesta, entre el jazz y la
salsa, la salsa y la música tradicional.