El potencial económico y de desarrollo social que ofrecen hoy las nanotecnologías es impresionante y abarca esferas tan diversas como electrónica, computación, medicina, exploración espacial, clima y agricultura, afirmó aquí un experto en el tema.

Fernado Palacio, Profesor de Investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y de la Universidad de Zaragoza, explicó a Prensa Latina que el control de materiales a escala nanométrica abre unas posibilidades de miniaturización sin precedentes.

Para avanzar en ello se requiere del desarrollo de una tecnología de manipulación de átomos y moléculas muy precisa, agregó el experto que participa en el Segundo Seminario Internacional de Nanociencias y Nanotecnología, que sesiona en esta capital.

Explicó que aunque el proceso es bien novedoso, ya existen algunas aplicaciones, entre las que destacan un proyecto en la ciudad de Tokio, Japón, donde algunos edificios se revisten con superficies con nanopartículas de óxido de titanio, que les confiere, entre otras propiedades, un profundo carácter hidrófilo.

Gotas de agua se extienden sobre las superficies constructivas, por lo cual la polución ambiental, mayormente lipófila, no se adhiere y permite mantener la limpieza externa del inmueble.

Además en climas calurosos la evaporación de esta lámina de agua permite diferencias de más de 10 grados entre el interior y el exterior de habitaciones con este tipo de ventanas, manifestó.

Asimismo destacó el diseño de fármacos consistentes en nanopartículas magnéticas recubiertas por el producto biológicamente activo que podrá ser guiado, a través de su flujo sanguíneo, desde el exterior del paciente para ser depositado en el órgano sobre el que se pretenda actuar.

De esta forma se está administrando quimioterapia a ratas con tumores cerebrales, añadió.

Palacio detalló que las nanotecnologías tratan de la tecnología de lo muy pequeño. El prefijo nano se utiliza en el mundo científico para expresar la mil millonésima parte de una magnitud, y nanómetro es la mil millonésima parte de un metro, casi cien mil veces más pequeño que el grosor de un cabello humano.

El científico participa este lunes en una mesa redonda cuya temática principal es la Nanoseguridad.